Consejero hondureño denuncia agudización de violencia por negativa del bipartidismo a revisar urnas
Tegucigalpa, 5 dic (AHN) La Coalición de Ciudades Libertad —conocida en Honduras como Próspera— anunció que presentará al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el plan “ciudades de la libertad”, la cuales estarían libres de ciertas leyes federales, lo que representaría el plan escondido de la injerencia en las elecciones hondureñas.
La reciente iniciativa de la Coalición de Ciudades Libertad, conocida como Próspera, ha desatado un intenso debate sobre las verdaderas intenciones de Donald Trump para Honduras. Este ambicioso proyecto busca establecer ciudades bajo un régimen de exenciones legales que podrían redefinir el panorama económico y social del país.
Patri Friedman, un prominente defensor del proyecto y nieto del economista Milton Friedman (inversor de Zede Próspera en Honduras), junto a Peter Thiel y otros inversores, argumentan que estas “ciudades de la libertad” facilitarían experimentos innovadores en áreas como la biotecnología, exploraciones nucleares y desarrollos arquitectónicos, evitándose la estricta regulación de organismos como la FDA y la EPA.
Según Trey Goff, líder de Próspera, la administración Trump ha mostrado un interés considerable en esta propuesta, coincidiendo con la idea manifestada por Trump en 2023 de crear múltiples “ciudades de la libertad”.
Sin embargo, la situación es alarmante. La propuesta de Próspera llega en un contexto donde la propia presidenta Xiomara Castro desmanteló las estructuras legales que apoyaban a las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (Zedes), lo que llevó a Próspera a entablar demandas multimillonarias contra el Estado hondureño.
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La Fundación Frontier, un actor clave en la promoción de estas iniciativas, aboga por el uso de terrenos federales en EE.UU. para facilitar el desarrollo de estas ciudades, sugiriendo que una colaboración público-privada podría disminuir significativamente los costos de capital.
La estrategia no solo parece agresiva, sino que plantea serias preguntas sobre el futuro de la soberanía hondureña y la calidad de vida de sus ciudadanos.
La indiferencia hacia la revitalización de zonas urbanas que enfrentan retos económicos dentro de Estados Unidos, como Detroit, en favor de nuevos desarrollos en territorios “limpios”, muestra una dirección preocupante en la política estatal. Si la administración actual realmente busca implementar estas ideas, lo que está en juego es mucho más que simples políticas económicas; es el futuro de un país en desarrollo que podría convertirse en un laboratorio para experimentos corporativos.
La denuncia de estos planes es crucial para salvaguardar la dignidad y los derechos del pueblo hondureño ante las transformaciones que se avecinan. diversos analistas afirman que si los ciudadanos no levantan la voz, Honduras podría convertirse en un nuevo campo de pruebas de un modelo que prioriza la innovación por encima de la gente, y por eso es la injerencia tan brutal en contra del Partido Libre.
Según información del medio Wired, las ciudades serían sitios donde se llevarían a cabo ensayos clínicos antienvejecimiento, puesta en marcha de reactores nucleares y la construcción de edificios puedan construirse sin la necesidad de obtener la aprobación previa de agencias como la Administración de Alimentos y Medicamentos, la Comisión Reguladora Nuclear y la Agencia de Protección Ambiental.
El jefe de Próspera, Trey Goff, declaró a Wired que junto a otros representantes se reunieron con la administración Trump para hablar sobre la idea en las últimas semanas y afirmó que los funcionarios fueron muy receptivos, ya que, en el 2023, Trump planteó la idea de crear 10 ciudades de la libertad, por lo que buscarán ampliar el mercado y elevar la cifra.
Otras de las opciones es crear enclaves federales con zonas económicas y jurisdiccionales especiales, o que el presidente de Trump emita órdenes ejecutivas para crear cada nueva ciudad de la libertad.
Próspera en Honduras
En el 2017, Próspera comenzó los preparativos para instalarse en la zona de Crawfish Rock, un lugar con encanto natural, habitada por pueblo indígena negros de habla inglesa, en el departamento de Islas de la Bahía, (región insular de Honduras), amparada en la Ley de Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (Zedes).
Sin embargo, en el gobierno de la Presidenta Xiomara Castro, se derogó la Ley de las Zedes, por lo que Próspera entabló una demanda contra el Estado de Honduras por $10,775 millones de dólares en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones.
No obstante, el 15 de octubre del presente año, la Procuraduría General de la República informó que Próspera redujo la demanda en un 85 por ciento, por lo que ahora es de 1,630 millones de dólares.
Injerencia de Trump
A 72 horas horas de los comicios en Honduras, el presidente Trump envió tres mensajes a través de las redes sociales en donde respaldaba la candidatura del presidenciable Nasry Asfura, del Partido Nacional, además, notificó que daría un indulto al exmandatario Juan Orlando Hernández, condenado por los delitos de narcotráfico por la Corte del Distrito Sur de Nueva York.
Asimismo, las élites económicas de Honduras utilizaron las empresas telefónicas que operan en el país para advertir a la población sobre un bloqueo a las remesas de ganar las elecciones la candidata del partido Libertad y Refundación, Rixi Moncada, acción que generó temor en la ciudadanía del país centroamericano.
Tras los acontecimientos, Moncada denunció un “boicot electoral en curso”, el cual responde a un plan del “imperio” para continuar con el saqueo de Honduras.
En una entrevista con la agencia internacional Sputnik, Moncada afirmó que enfrentó las políticas “imperialistas” del presidente Trump y de las élites hondureñas, a quienes acusó de hurtar los recursos del Estado a través de alianzas público-privadas.
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