Elaborado por: Diana Zelaya (periodista)
Tegucigalpa, 25 may (AHN) Cada 25 de mayo, Honduras conmemora el Día del Periodista Hondureño, una fecha que resalta el papel fundamental de la comunicación responsable en la sociedad. Esta celebración tiene sus raíces en la publicación de La Gaceta del Gobierno en 1830, considerado el primer periódico impreso en el país.
Cien años después, en 1930, se realizó el primer Congreso Nacional de Periodistas y se oficializó esta fecha como un reconocimiento a quienes ejercen esta profesión.
La conmemoración no es solo un acto simbólico sino una oportunidad para reflexionar sobre el rol esencial que desempeñan las y los periodistas hondureños, especialmente en un entorno donde la desinformación y los intereses particulares amenazan con distorsionar la verdad.
El periodismo es, o debe ser, un servicio público al que se le confía la tarea de informar, orientar y fiscalizar. Sin embargo, no todos los medios ejercen esta responsabilidad de forma equitativa.
Mientras muchos profesionales comunican con ética, imparcialidad y compromiso con la verdad, otros han sido señalados por prácticas que priorizan agendas políticas o económicas. La difusión de noticias tergiversadas, el ocultamiento de datos clave y el uso deliberado de narrativas manipuladas debilitan la confianza del pueblo y socavan los pilares de la democracia.
La credibilidad de la prensa no se construye con inmediatez, sino con integridad, tal como lo dijo el reconocido escritor y periodista colombiano, Gabriel García Márquez: “La mejor noticia no es siempre la que se da primero, sino muchas veces la que se da mejor”. Esta frase cobra especial relevancia en tiempos donde la velocidad informativa parece imponerse a la veracidad.
En Honduras, la libertad de expresión está plenamente reconocida y protegida por la Constitución de la República en su Artículo 72, que garantiza la libre emisión del pensamiento sin censura previa. Sin embargo, dicha libertad no es absoluta, ya que el Artículo 76 protege el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar, y a la propia imagen, recordando que la libertad de expresión debe ejercerse con responsabilidad y respeto a los derechos de los demás.
Reconocer estos límites no implica censura, sino responsabilidad. Ejercer la libertad de expresión conlleva el deber de informar con verdad, respetando la dignidad y los derechos de todos. En un entorno democrático, el periodismo ético no solo debe aspirar a ser libre, sino también justo y comprometido con el bienestar colectivo.
Cabe señalar que durante la administración del opositor Partido Nacional, este derecho fundamental fue violentado y amenazado, generando un clima hostil para los periodistas y limitando el ejercicio libre de la prensa. En contraste, bajo la administración actual de la Presidenta Xiomara Castro, se han registrado avances significativos en el respeto y protección de la libertad de expresión. El Gobierno ha garantizado el libre albedrío de los medios de comunicación, permitiendo un ambiente más plural y abierto, incluso frente a medios que mantienen posturas críticas, a veces desinformativas o sesgadas.
En este Día del Periodista Hondureño, reconocemos a quienes ejercen esta labor con valentía, incluso en escenarios de riesgo o adversidad. Celebramos a quienes eligen cada día la verdad por encima del sensacionalismo, la transparencia sobre la manipulación, y el bien común sobre los intereses privados. Al mismo tiempo, hacemos un llamado a la autorregulación ética, al compromiso con la sociedad y a la construcción de una prensa que no solo informe, sino que inspire, cuestione y transforme.
Solo con un periodismo honesto, riguroso y humano, Honduras podrá seguir avanzando hacia una sociedad más libre, justa y verdaderamente democrática.
La opinión del autor no necesariamente responde a la línea editorial de la Agencia Hondureña de Noticias.
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