Elaborado por: Juan Ramón Guzmán
Fiel a su estilo de extorsionador, Donald Trump está intentando hacer una de las suyas. Obtendrá resultados contrarios a los que espera. por varias razones:
Su maltrato y su desprecio al migrante hondureño le cobrarán con creces la maniobra que pretende hacer.
Juan Orlando Hernández es uno de los tipos más desprestigiados de Honduras, como para pretenderlo elevar a la condición de heroe: es un narcotraficante convicto y confeso preso y condenado a 45 años de prisión en los propios Estados Unidos (esto es bueno recordarlo, Trump es considerado delincuente para las leyes estadounidenses). Su indulto a JOH desmorona a su presunta lucha contra el narcotráfico en el Caribe, especialmente contra mi país, Venezuela y demuestra que Trump es aliado de los narcotraficantes verdaderos. No sería extraño que indultara al Chapo y a García Luna.
Rixi Moncada Godoy no ha podido conseguir mejor jefe de campaña que Trump para avanzar en la incognita mentalidad a su favor del votante indeciso: se necesita ser un redomado vendepatrias para no ver que ella es la mejor opción a elegir en la Presidencia.
Con todo el respeto del mundo como mis otros hermanos latinoamericanos, el hondureño no es un pueblo al que se le chantajea ni se le tuerce su voluntad electoral con promesas de dinero.
El candidato que escogió Trump de última hora, Nasry Asfura, y a quien le negaron los medios, la oligarquía y la propia derecha su condición de segundo lugar en la disputa durante meses (en función de inflar a un payaso impresentable), tiene un estilo de desenvolverse diametralmente opuesto al de Trump, no ofende y ni siquiera sabe articular en público a tres ideas complejas interdependientes seguidas. El ensayo perverso de fusionar a Trump con “Papi a la Orden” tiene el mismo resultado de la fusión de Cerebro con Pinky. Imagínense a un malandro y a un pendejo juntos. Esa fusión no pega.
Con el primer tuit, que destruyó a Nasralla, Trump ayudó grandemente a Tito y estuvo relativamente bien como último fogonazo de campaña. Pero lo creyó poco y tensó aún más la cuerda, y convirtió a su segundo tuit en un filoso bumerang que se le devolvió degollando a su invento. Por eso digo, que Rixi no ha podido hallar a otro mejor jefe de campaña y absolutamente gratis. Con las dos derechas destruidas por Trump, ella quedó avanzando sola en la carrera a escasas horas para la elección.
Y como se lo dije a un alto funcionario del gobierno hondureño por teléfono apenas unas horas atrás, a diferencia de Trump, Tito Asfura reconocerá los resultados, frente al truinfo indiscutible de Rixi Moncada. Tito Asfura compite no buscando la Presidencia de la República, sino para salvar a su partido, el Partido Nacional, de la debacle del anciano regimen y de sus vetustas estructuras que representa la llegada al poder en Honduras de una mujer como Rixi Moncada, que ofrece continuidad con profundización al camino ya iniciado por Xiomara Castro de Zelaya.
¿Ahora sí se dan cuenta de porqué digo que Honduras es hoy por hoy el escenario político más interesante de América Latina?
La opinión del autor no necesariamente responde a la línea editorial de la Agencia Hondureña de Noticias.
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