• diciembre 17, 2025

El sorteo de la FIFA y la doble moral del fútbol mundial

Elaborado por: Lois Pérez Leira

5 dic (AHN) El reciente sorteo de la FIFA para el próximo Mundial de fútbol, aunque un evento deportivo de gran expectativa, no puede separarse del contexto geopolítico y ético que rodea a la organización y al deporte mismo.

Lo que se presenta como una fiesta del fútbol internacional, a menudo se ve ensombrecido por una alarmante sensación de doble moral y ofensa a la humanidad.

​Esquizofrenia geopolítica y premios

​Resulta esquizofrénico contemplar cómo, en el mismo ecosistema de poder que rige el deporte mundial, se otorgan premios de gran calado ético mientras se ignoran o incluso se facilitan acciones que atentan contra la soberanía y la democracia. La mención al otorgamiento del Premio de la Paz al presidente de los EE. UU. en un momento donde su poderío militar amenaza con invadir a Venezuela y se señalan “golpes de estado electorales” en Argentina y Honduras, subraya esta profunda hipocresía.

​El fútbol, en teoría unificador, se convierte en un espejo de las contradicciones globales, donde las instituciones que deberían velar por la limpieza del juego y la paz, parecen congraciarse con las potencias que ejecutan las políticas más cuestionables. La FIFA, en este escenario, actúa como un facilitador o, en el mejor de los casos, un observador pasivo de estas dinámicas.

​Un mundial incompleto

​Un aspecto crucial que caracteriza a este próximo Mundial es la ausencia de una de las selecciones de uno de los países más grandes del mundo: la Federación Rusa. Si bien las razones de su exclusión son polémicas, su ausencia impide que este evento sea catalogado como un auténtico Mundial de Fútbol en su sentido más amplio y global. Un torneo que pretende coronar al campeón del mundo debe esforzarse por incluir a todos los actores relevantes.
​La participación de Rusia, independientemente de los debates políticos, es esencial para la integridad deportiva y la representatividad geográfica del torneo. Su exclusión, para muchos, se siente como una politización excesiva que castiga al deporte.

​La urgente necesidad de democratización en FIFA

​Finalmente, este evento nos recuerda la urgente necesidad de democratizar la FIFA. Como señaló Diego Maradona en su momento, la organización ha sido históricamente una “cueva de mafiosos y corruptos”.

Mientras la FIFA no se someta a una reforma profunda y transparente, donde los intereses económicos y políticos no primen sobre la ética y la equidad deportiva, cualquier sorteo o evento mundial estará permanentemente bajo la sombra de la sospecha.

​Solo cuando la organización demuestre una integridad inquebrantable y permita la participación de todas las naciones en un marco de respeto a la soberanía, podremos hablar de un Mundial de Fútbol que no sea una ofensa a la humanidad, sino la celebración universal que debería ser.

La opinión del autor no necesariamente responde a la línea editorial de la Agencia Hondureña de Noticias.

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