Resalta Presidenta de Honduras continuidad de obras en proceso refundacional
Elaborado por: Brayan Ramón Pérez (periodista)
Con la segunda llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, Estados Unidos simboliza una amenaza constante contra nuestra América y el mundo en general, un retorno al unilateralismo radical con una actitud hostil, guerrerista, expansionista e invasora que reconfigurará el tablero global.
Con sus amenazas de imponer aranceles de hasta un 25 por ciento a productos mexicanos y canadienses bajo la exigencia de que tomen medidas para reducir los flujos migratorios y el ingreso de fentanilo a la nación norteña, la posibilidad de aplicar presiones económicas o militares para obtener el control de Groenlandia y Panamá, sanciones a Rusia y China, el bloqueo contra Cuba, Venezuela y Nicaragua se recrudecen aún más.
Con su política dominante, se prevé que el imperio utilice las deportaciones como arma de doble filo contra los países latinoamericanos logrando así expulsar a millones de personas fuera del país norteamericano, y como efecto de sus acciones, las relaciones bilaterales de Estados Unidos con países de la región tendrán que ser distorsionadas.
Ante las arrogantes decisiones tomadas por la nueva administración de EE. UU., los gobiernos a lo largo del corredor migratorio y especialmente México tendrá que recibir más deportados de otros países, mientras su economía buscará absorber a grandes cantidades de sus connacionales retornados.
Históricamente el imperio norteamericano ha interferido en los asuntos internos utilizando gobernantes sumisos, entreguistas, sin dignidad ni soberanía, convirtiéndose en el ingrediente principal para que ese occidente hegemónico y arrogante, use a diestra y siniestra su poder político, económico y militar para tomar decisiones a su favor y utilizar los gobernantes como meras marionetas.
No es el caso de los actuales Gobiernos de México, dirigido por la presidenta Claudia Sheinbaum, la administración de Honduras, liderada por la mandataria, Xiomara Castro, quienes, ante las declaraciones arrogantes del inquilino de la Casa Blanca, respondieron de manera contundente que la soberanía de los países se respeta y a su vez que si Trump, cumple la promesa de deportaciones masivas, Honduras replanteará las relaciones con Estados Unidos, especialmente en el campo militar.
Con las crecientes amenazas lanzadas desde Washington, los gobiernos latinoamericanos y en especial los de corte progresista-izquierda- deben amalgamarse y cohesionarse para crear alternativas para enfrentar al gigante invasor que destruye democracias y gobiernos que no responden a sus intereses hegemónicos.
La opinión del autor no necesariamente responde a la línea editorial de la Agencia Hondureña de Noticias.
