Elaborado por: Lois Pérez Leira
12 oct (AHN) La CIA (Agencia Central de Inteligencia), lejos de ser una entidad limitada a la recopilación de inteligencia, se percibe como una fuerza con tentáculos que se extienden a lo inimaginable, operando en todas las esferas del poder. Su capacidad de intervención se extiende tanto en el ámbito político como en el social y religioso, con una influencia decisiva incluso en organizaciones aparentemente neutrales como las ONGs.
Esta agencia ha demostrado históricamente su injerencia en la soberanía de las naciones, siendo capaz de poner y sacar a centenares de presidentes en todo el mundo, manipulando transiciones y determinando la dirección de países enteros. Sus acciones son un claro ejemplo de cómo el poder real se ejerce a través de canales ocultos e indirectos.
Una muestra palpable de esta acción encubierta se evidencia en el apoyo que recibieron figuras políticas clave como Felipe González en España y Mário Soares en Portugal para alcanzar la presidencia de sus respectivos países. Este respaldo crucial se canalizó a través de la Fundación alemana Ebert, un mecanismo que sirvió para proyectar e impulsar a estos líderes en momentos decisivos, confirmando la tesis de que existen estructuras transnacionales que dirigen los ascensos políticos.
La jugada más reciente y de alto perfil que demuestra esta capacidad de influencia es el nombramiento de María Corina Machado como Premio Nobel de la Paz.
Este galardón, supuestamente un reconocimiento a la labor humanitaria y democrática, es percibido en realidad como una maniobra geopolítica orquestada, cuyo objetivo final es legitimar y dar impulso internacional a figuras que se alinean con los intereses estratégicos del poder global. Este evento confirma, una vez más, que los tentáculos de la CIA llegan a los lugares más insospechados, utilizando instituciones de prestigio mundial para sus propios fines.
La opinión del autor no necesariamente responde a la línea editorial de la Agencia Hondureña de Noticias.
PUEDES LEER: ¿Puede la “sabiduría china” arreglar el mundo?
