ONU advierte que ataques estadounidenses aumentan tensión en Medio Oriente
Elaborado por: Lois Pérez Leira
Vigo – España, 19 jun (AHN) En las últimas semanas, la Argentina ha sido testigo de un fenómeno que ya no sorprende, pero que cada vez cobra mayor fuerza: miles de personas se volcaron a las calles para reclamar la libertad de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Las imágenes de las plazas llenas, los cánticos que resonaron en cada rincón del país y las banderas argentinas mezcladas con las insignias partidarias vuelven a mostrar que Cristina no es solo una figura política: es un símbolo que sigue dividiendo y movilizando a la sociedad.
El núcleo duro del kirchnerismo, junto a amplios sectores populares, salió a defenderla con una convicción inquebrantable. Lo que para algunos es un intento de garantizar la impunidad frente a causas judiciales, para otros es la demostración palpable de la persecución política que, según sostienen, la ex mandataria sufre desde hace años.
La actriz y militante social Dolores Fonzi fue una de las primeras en expresarse: “No se puede naturalizar que persigan a quienes defendieron los derechos de las mayorías. Lo de Cristina es un claro intento de disciplinamiento político. La queremos libre y liderando.”
El reconocido músico Gustavo Santaolalla también sumó su voz al clamor popular: “Más allá de las banderas, lo que está en juego es la democracia. No podemos permitir que la justicia se use como herramienta para borrar del mapa a los adversarios políticos.”
Desde el ámbito de los derechos humanos, la prestigiosa abogada Miriam Bergman sostuvo con firmeza:
“El lawfare es una amenaza real. No se trata solo de Cristina; se trata de la posibilidad de que cualquier dirigente popular sea silenciado a través de procesos judiciales manipulados. Estamos ante un ataque a la democracia misma.”
Por su parte, Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz, no dudó en expresar su preocupación: “Estoy convencido de que estamos presenciando una persecución política. La justicia debe ser independiente, pero hoy está siendo utilizada como una herramienta de poder para eliminar a quienes representan a los sectores más humildes. Es inadmisible.”
El periodista Víctor Hugo Morales, con su habitual contundencia, agregó: “Cristina es la representación de un modelo que eligieron millones. Atacarla a ella es atacar la voluntad popular.”
Estas manifestaciones públicas no son menores. Reflejan la sensibilidad de un sector importante de la sociedad que ve en Cristina Fernández algo más que una ex presidenta: ven a una líder que sigue generando esperanza en quienes se sienten postergados.
La opinión del autor no necesariamente responde a la línea editorial de la Agencia Hondureña de Noticias
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