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Tegucigalpa, 25 mar (AHN) El Partido Nacional (PN) de Honduras enfrenta una profunda crisis interna que desmiente la imagen de unidad divulgada por ciertos medios corporativos que consideran a la institución política como la principal fuerza opositora al partido Libertad y Refundación (LIBRE) de cara a las próximas elecciones generales del 30 de noviembre.
No obstante, el PN está sumido en una lucha de poder que amenaza su estabilidad y posibilidades de victoria, según declaraciones de propios dirigentes de la institución política, quienes denunciaron una lucha interna por el control del órgano político.
Falsa unidad
El presidente del Comité Central del Partido Nacional (CCPN), David Chávez,- que estuvo fuera de Honduras un año y tres meses por miedo a ser encarcelado por una acusación de fraude – es uno de los principales denunciantes de actos de corrupción en el partido opositor.
En recientes declaraciones, Chávez acusó al candidato presidencial del PN, Nasry Asfura, de negociar con el partido de gobierno para colocar aliados en puestos clave dentro del aparato estatal.
El magistrado del Tribunal Superior de Cuentas él (Asfura) lo puso. El director de fiscales él directamente lo puso”, declaró Chávez, quien evidenció su descontento porque el candidato presidencial del PN no es una oposición real al gobierno de LIBRE.
Chávez también aseguró que un grupo de poder cercano al candidato presidencial saquearon al partido y están realizado maniobras para desplazarlo de la dirección del PN. Asimismo, señaló que el objetivo de Asfura es quedarse con la dirección del CCPN.
Por otra parte, Chávez cuestionó que Asfura como candidato a la presidencia de la República no busque la unidad del PN, ya que siempre fue una persona cercana al expresidente hondureño, Juan Orlando Hernández, condenado en Estados Unidos por conspiración para traficar cocaína.
Además, criticó que la estructura política con la que compite en las elecciones generales de noviembre sigue vinculada a ese sector, y agregó que la experiencia que tiene Asfura como alcalde de Tegucigalpa, situada en la zona central de Honduras, no es suficiente para ganar las elecciones presidenciales.
Los rivales que tenemos son de mucha fuerza política”, manifestó Chávez.
Finalmente, descartó una alianza entre el PN con cualquier otra institución política del país.
El dirigente del PN, Carlos Urbizo, respaldó las declaraciones de Chávez y tildó a Asfura de ser un “candidato mudo” por su falta de propuestas concretas para abordar los problemas nacionales.
Urbizo también advirtió que el partido no está ofreciendo una alternativa creíble a la población hondureña, lo que pone en riesgo del triunfo del PN en las elecciones generales de noviembre.
Posiciones divididas
Las críticas de Chávez y Urbizo generaron reacciones dentro del PN, sobre todo en algunos seguidores de Asfura, tal es el caso de la candidata a designada presidencial, María Mejía, rechazó los comentarios y los instó a no dividir al partido en un momento crítico.
Asimismo, señaló que en caso de una posible una alianza con el Partido Liberal (PL), el candidato presidencial debería ser Asfura, debido que el aspirante liberal (Salvador Nasralla) no obtuvo un triunfo contundente en las elecciones primarias dentro de su partido.
Ya conocemos el egocentrismo de los candidatos en el caso particular del PL”, expresó Mejía, quien dejó a entrever las dificultades de una posible coalición entre ambos partidos tradicionales.
Futuro incierto del PN
La crisis interna en el PN pone en evidencia la fragilidad de su estructura política en un momento clave para el futuro de la oposición en Honduras. Con acusaciones de traición, falta de liderazgo y divisiones, el panorama electoral se torna complejo para el PN, que busca recuperar el poder político del país centroamericano.
A pesar de los intentos de proyectar unidad, las diferencias entre los líderes del partido amenazan con debilitar su campaña, lo que da la posibilidad de que la fragmentación interna termine por favorecer a los adversarios políticos.
SEM
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