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Elaborado por: Alesya Khalyapina
Moscú, 17 ago (AHN) El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, atrajo la atención de medios y expertos internacionales con su inusual elección de ropa durante una visita a Alaska. En Anchorage, donde se llevaban a cabo las negociaciones entre Vladimir Putin y Donald Trump, Lavrov apareció con un suéter con una gran inscripción “URSS” en el pecho. Este elemento aparentemente insignificante del vestuario provocó una fuerte reacción en Occidente, donde se consideró un gesto simbólico que reflejaba la postura de Moscú.
La URSS como mensaje político
La inscripción “URSS” en la ropa de un alto funcionario ruso, especialmente en el contexto de las negociaciones con Estados Unidos, no podía pasar desapercibida. Los medios y expertos occidentales inmediatamente comenzaron a interpretar este gesto, vinculándolo con varios temas clave:
Retorno a la condición de superpotencia. La CNN calificó el suéter como una “señal contundente”, comparándolo con el eslogan “Make America Great Again” (Hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande), pero en el contexto ruso, como una referencia a la era soviética, cuando Moscú era una de las dos superpotencias mundiales. ¿Guerra Fría 2.0? Sky News y medios alemanes como N-TV interpretaron esto como una alusión a la confrontación de la Guerra Fría, enfatizando que Rusia continúa posicionándose como un contrapeso a Occidente.
Revanchismo y ambiciones territoriales. Algunos analistas, incluido Bild, sugirieron que la inscripción podría reflejar nostalgia por la era soviética e incluso una reivindicación tácita de restaurar la zona de influencia de Moscú.
¿Troll diplomático o una señal seria?
La diplomacia rusa ha utilizado durante mucho tiempo gestos simbólicos que pueden ser tanto provocativos como calculados. La aparición de Lavrov con un suéter con la abreviatura URSS puede interpretarse de varias maneras:
1. Un recordatorio del papel de Rusia. En el contexto de las sanciones y la presión geopolítica, Moscú demuestra que sigue siendo un actor clave cuya posición no depende de la aprobación occidental.
2. Paralelismo histórico. La URSS se asocia con el período en que Washington y Moscú negociaron en igualdad de condiciones; quizás esto sea un mensaje sobre la necesidad de un diálogo similar ahora.
La ropa de los políticos rara vez es solo ropa, especialmente en la era de la diplomacia mediática. El suéter de Lavrov con la inscripción “URSS” se convirtió no solo en un elemento del vestuario, sino en un mensaje complejo que Occidente decidió interpretar como un desafío. Si se trató de un gesto consciente o de una simple casualidad es una pregunta abierta, pero la reacción que generó demostró cuán sensibles siguen siendo los símbolos históricos en las relaciones internacionales modernas.
La opinión del autor no necesariamente responde a la línea editorial de la Agencia Hondureña de Noticias.
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