Un atentado contra la solidaridad cubana

Elaborado por: Leoncio Alvarado Herrera

Tegucigalpa, 6 jun (AHN) Bajo pretextos falsos, incoherentes y plagados de resentimiento ideológico, el gobierno de Estados Unidos, a través del Departamento de Estado y con figuras como Marco Rubio al frente, intenta frenar la solidaridad internacional que Cuba ejerce mediante sus Misiones Médicas en el mundo. Estas misiones, amparadas en el derecho internacional y en contratos bilaterales con diversos países, han sido un ejemplo de trabajo humano eficiente, especialmente,  en sectores vulnerables y en contextos de crisis sanitarias donde la vida de miles de personas se pone en riesgo. Hoy de manera arrogante, el imperio,  amenaza con cancelar las visas a los funcionarios centroamericanos que apoyen esta solidaridad.

A pesar de sufrir un bloqueo económico cruel impuesto por EE.UU. durante más de seis décadas, Cuba ha desarrollado uno de los sistemas educativos y sanitarios más destacados a nivel mundial. En ese contexto, ha logrado colaborar voluntariamente con más de 605,000 profesionales de la salud en 165 países, brindando atención médica en zonas empobrecidas y ayudando a enfrentar desastres naturales y crisis de salud pública.

Según datos del Ministerio de Salud Pública de Cuba, actualmente hay cerca de 24,000 colaboradores cubanos en alrededor 56 países, principalmente en América Latina y el Caribe, África, Medio Oriente, Asia y, en menor medida, Europa (como en Portugal). En Honduras, por ejemplo, la presencia médica cubana se remonta a 1998, tras el paso del huracán Mitch, y hoy en día aproximadamente 98 médicos cubanos trabajan en diversos centros de salud, incluyendo clínicas oftalmológicas impulsadas por la presidenta Xiomara Castro para brindar atención gratuita a la población.

Estas misiones han salvado miles de vidas alrededor del mundo, sin imponer condiciones ni buscar beneficios económicos, sino promoviendo el conocimiento, la humanidad y la solidaridad. En contraste, EE.UU., que ahora acusa a estas brigadas de “explotación laboral”, mantiene cientos de bases militares en decenas de países, ejerciendo control, violando soberanías nacionales y explotando recursos naturales para proteger los privilegios de su estructura imperial. Esa sí es una forma evidente de explotación, tanto de los soldados enviados a guerras innecesarias como de las poblaciones locales afectadas de manera sistemática por su presencia militar.

Las acciones de Marco Rubio responden claramente a los intereses del modelo neoliberal imperial, que busca convertir todos los bienes públicos en mercancía, accesibles solo para quienes pueden pagar y poniendo en riesgo muchas vidas de las personas. En ese modelo, la salud, como cualquier otro derecho, se privatiza y se convierte en negocio. Por eso, la solidaridad cubana representa una amenaza: su ejemplo contradice el monopolio de la salud en manos de corporaciones privadas y evidencia que otro modelo, basado en el bien común, es posible.

Muchos países del mundo reconocen que las misiones médicas cubanas no significan más que apoyo, fortalecimiento de sus sistemas sanitarios y cooperación genuina. Entienden que las amenazas de Washington son expresión de una mentalidad imperial que busca someter y castigar a quienes no se pliegan a sus intereses ni se dejan convertir en meras sucursales del poder estadounidense.

Esta nueva tentativa forma parte de las múltiples amenazas que históricamente han ejercido los Estados Unidos contra países que no se alinean con sus intereses. Basta recordar prácticas como la imposición de aranceles en violación de los acuerdos establecidos en tratados de libre comercio, utilizadas para favorecer sus propios intereses económicos; o el trato cruel y deshumanizante hacia migrantes provenientes de diversas regiones del mundo.

Por eso, no resulta extraño que se opongan a modelos alternativos como el de Cuba, basados en principios profundamente humanos y no en la lógica del mercado. Conceptos como solidaridad, revolución, soberanía, independencia, dignidad y un pueblo consciente resultan intolerables para el imperio, porque lo desestabilizan y cuestionan su hegemonía.

El modelo imperial se sustenta en la guerra, en la explotación de recursos naturales y en la mercantilización de los bienes públicos. Frente a eso, la existencia de un modelo que pone al ser humano en el centro representa una amenaza, no porque sea peligroso, sino porque demuestra que otro mundo es posible.

La opinión del autor no necesariamente responde a la línea editorial de la Agencia Hondureña de Noticias.

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Un atentado contra la solidaridad cubana.

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