• septiembre 24, 2025

Bertolt Brecht y las dificultades para difundir la verdad

Elaborado por: Daniel Alberto Madriz

19 sep (AHNEl pasado Siglo XX, nació impregnado de las mentiras y los falsos argumentos para encubrir los intereses económicos, el colonialismo y el saqueo de los recursos de los países menos desarrollados, por parte de las grandes potencias en la era del surgimiento del Imperialismo como categoría socio-económica, según la investigación y análisis realizado por Vladimir Lenin, en su famosísimo libro: El Imperialismo fase superior del capitalismo.

En pleno desarrollo del siglo XXI, es redundante enumerar las infinidades de mentiras y falsas argumentaciones que ha utilizado el Imperio del Norte, para invadir y destruir países en su empeño hegemónico de dominación, basta mencionar: “Las armas de destrucción masivas”, que nunca tuvo Irak, pero fue el falso argumento que uso Washington, para la invasión y destrucción de esa nación; y ahora la ridícula ficción del “Cartel de los Soles”, para intentar involucrar a Venezuela, como exportador de drogas psicotrópicas hacia los EE. UU. temática discursiva y retórica, nada más lejos de la realidad para amedrentar al gobierno venezolano, cuando su objetivo real es apropiarse de las reservas petroleras del país.

Al respecto viene a colación el acertado planteamiento del dramaturgo, escritor e intelectual alemán Bertolt Brecht, en sus exposición que denominó: “Las cinco dificultades para decir la verdad”. Brecht enfatiza en su análisis, que no basta con solo escribir la verdad, sino que debe utilizarse activamente para transformar la realidad y combatir la barbarie, las cuales enumera y describe de la siguiente manera.

1.- “El valor, para escribir la verdad: Se necesita coraje para enfrentar a los poderosos y no deformar o silenciar la verdad, incluso cuando se busca el beneficio propio o la gloria.

2.- La inteligencia para reconocerla: La verdad a menudo está solapada y es difícil de reconocer, requiriendo perspicacia y conocimiento profundo de la dialéctica materialista, la economía y la historia para descubrirla.

3.- El arte de hacer la verdad manejable como arma: La verdad no debe ser solo un registro de hechos, sino una herramienta que permita sacar conclusiones prácticas sobre la conducta de las personas para transformar la realidad.

4.- El juicio para saber a quién confiarla: El escritor debe discernir a las personas a las que debe dirigirse para que la verdad no se pierda en el “comercio de la cosa escrita” y sea realmente eficaz.

5.- La astucia para difundirla: Es crucial usar la astucia para propagar la verdad entre quienes pueden aplicarla, a menudo se requiere más maña que valor para asegurar que la verdad llegue a su destino”.

En resumen, Brecht argumenta: “Para decir la verdad en un mundo opresivo, no basta con tener la intención. Se requiere un proceso integral que va desde la valentía de escribirla, la capacidad de entenderla, la habilidad de usarla como un arma, el buen juicio para dirigirla y la astucia para difundirla”.

Por supuesto en la actualidad las dificultades son más complejas que las existentes cuando Brecht, hace 91 años, hizo su análisis. Hoy por el dominio cognitivos y la manipulación que realizan los grandes monopolios de comunicación y el empleo inescrupuloso de los sofisticados avances tecnológicos, subliminales y explícitos, ocultar la verdad se les ha facilitado a los Imperios.

Estando los grandes consorcios en pocas manos, proclives y subordinados a los gobiernos imperiales, engañar se ha convertido en una rutina, dado que manejan a su antojo los contenidos de la información con un carácter apologético y propagandístico. Usar las mentiras y falsas narrativas de forma cotidiana para ocultar sus verdaderos intereses económicos, políticos, militares y de saqueo, es hoy una de las armas más efectivas de manipulación empleadas por los grandes centros hegemónicos del mundo.

Es notorio y de manejo público que los gobiernos estadounidenses, dicen combatir el tráfico de drogas fuera de su país, pero nunca existe, ni se tiene evidencias de persecuciones, ni decomisos de toneladas del conocido alcaloide por las policías antinarcóticos dentro de los EE. UU.

En la extensa geografía norteamericana, se ocultan los grandes e invisibles carteles de las drogas que habitan en el país líder en el consumo de sustancias psicotrópicas del planeta.

Por otra parte, la gran ganancia final de las ventas internas de la cocaína en los Estados Unidos, se recicla en operaciones de “lavado de dólares” que realizan los propios bancos estadounidenses y las bolsas de valores de ese país, que dicho sea de paso, las controla el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, que aparecen como las inocentes y blancas palomas en este entramado del crimen, encubierto en la falsa guerra contra el narcotráfico y los capos extranjeros de las drogas.

La repetición de una narrativa donde se criminaliza de manera falsa, al jefe del gobierno venezolano y a otros altos funcionarios del estado, tiene como objetivo, preparar y justificar futuras acciones armadas, punitivas e ilegales contra Venezuela, creando zozobra en la población y el comercio que sin control alguno, van elevando los precios de sus mercancías y por ende, provocando una inflación injustificada, que forma parte además de las operaciones psicológicas del imperio norteamericano, destinadas a crear condiciones que intentan atemorizar a los sectores productores de la sociedad, al alto mando militar y amedrentar a la vez al pueblo para que les retire su apoyo al proceso revolucionario iniciado por el Comandante Hugo Chávez Frías.

No hay dudas que el Imperialismo norteamericano con toda su fuerza bélica y cinismo, denunciado repetidamente por nuestro comandante eterno Hugo Rafael Chávez Frías, solo le interesa nuestras reservas de petróleo y otras riquezas que posee Venezuela, y esto no es una frase exagerada o utilitaria, lo ha expresado públicamente el presidente de los Estados Unidos Donald Trump, cuando recientemente expresó que: “No queremos comprar el petróleo venezolano, lo que deseamos es tenerlo gratis”. Más claro el agua, como dice el famoso dicho popular.

El Imperialismo actual se ha fusionado nuevamente con el fascismo, y con acciones de corte fascistas como el acoso por partes de marines norteamericanos frente a nuestras costas caribeñas, y las recientes agresiones, secuestro y hostigamiento contra nuestros pescadores por más de 8 horas, por una nave de guerra Norteamericana, conocida como un Destructor, en aguas venezolanas.

Hoy el fascismo renace disfrazado de sionismo, pero lleva la misma esencia: el sometimiento y saqueo de los pueblos independientes y soberanos a la voluntad de Imperialismo y su países lacayos. En tal sentido las reflexiones de Bertolt Brecht, son importantes considerarlas cuando se refería a este fenómeno que lideró Adolfo Hitler, aseverando que el fascismo: “es una fase histórica, en la cual entró el capitalismo y, por lo mismo, es algo viejo y nuevo a la vez.

En los países fascistas el capitalismo no existe sino como fascismo y el fascismo no puede ser combatido sino como capitalismo, como la forma más escueta, más descarada, más opresiva y engañosa del capitalismo. ¿Cómo alguien que quisiera combatir el fascismo, podría decir la verdad sobre él, si no quiere decir nada contra el capitalismo que lo engendra? ¿Cómo convertir en practicable esta verdad?

Aquellos que están contra el fascismo sin estar contra el capitalismo, que se lamentan de la barbarie que origina la barbarie, se parecen a los que quieren comer su tajada de ternera, pero no quieren que se mate la ternera”.

La opinión del autor no necesariamente responde a la línea editorial de la Agencia Hondureña de Noticias.

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