Cuba y Venezuela conmemoran 25 años del Convenio Integral de Cooperación entre ambas naciones
Elaborado por: Lois Pérez Leira
Tegucigalpa, 6 oct (AHN) El Comité Directivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) eleva su voz para expresar la más profunda y seria preocupación ante las recientes acciones militares del gobierno de Estados Unidos en aguas del Caribe. No se trata de ejercicios inocuos; estas maniobras tienen la clara, e inaceptable, intención de establecer una posición geopolítica dominante para el control de los recursos estratégicos que sostienen la vida de nuestra región, tanto en el Caribe como en el conjunto de América Latina.
Una amenaza real y desproporcionada
El despliegue de un arsenal bélico de esta magnitud —ocho barcos de guerra, un submarino nuclear y miles de misiles—, sumado a las amenazas directas que incitan a la guerra por parte de altas autoridades del gobierno de Trump, constituye una agresión flagrante contra los pueblos de la región y una violación directa de la soberanía de nuestras naciones. Se alza como una amenaza existencial para la seguridad y la estabilidad de todo el continente.
Bajo el pretexto deshumanizante de construir una narrativa internacional que presenta a Venezuela como un “Estado narco-terrorista”, se busca transformar el Caribe, una zona histórica de paz, en un nuevo territorio de guerra. Esta estrategia apunta a una zona de no derecho, un espacio donde la destrucción, el genocidio y el despojo imperialista podrían ejecutarse con impunidad. Los ataques y ejecuciones extrajudiciales en curso, que contravienen los principios más elementales del derecho internacional y la soberanía popular, no deben permitirse que normalicen la barbarie.
Estrategias de dominación imperial
Esta agresión unilateral contra una región declarada Zona de Paz por la CELAC en 2014, cuyo equilibrio es vital para la paz mundial, no es un hecho aislado. Constituye una nueva y peligrosa escala en la estrategia de avance y ataque contra los procesos democráticos y de autodeterminación de nuestros pueblos. Hemos sido testigos de la sistematización del lawfare (en Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, Perú), de los bloqueos criminales que asfixian a naciones como Cuba y Venezuela, de las guerras cognitivas destinadas a manipular la percepción y voluntad popular, de golpes de Estado abiertos y solapados, y de amenazas territoriales que ignoran históricos tratados, como el del Canal de Panamá.
No podemos ser ingenuos: se está fraguando el escenario para una posible invasión militar que no respetará fronteras. La mira abarca desde el Caribe hasta el extremo sur, hasta Ushuaia, donde se planea la instalación de bases militares estadounidenses. El objetivo final parece ser claro: convertir nuestros territorios en terra nullius para el despliegue de proyectos empresariales, extractivistas y neocoloniales de muerte.
Un llamado urgente a la solidaridad
Ante esta grave escalada, el Comité Directivo de CLACSO emite un llamado inaplazable al despliegue de una solidaridad nuestroamericana y mundial.
Convocamos a nuestros académicos, intelectuales y a nuestros pueblos todos a unirse de manera activa en la defensa de nuestra humana humanidad y, fundamentalmente, en la defensa de la vida frente a la necropolítica del imperialismo estadounidense.
Este es un momento histórico que exige la unión. La defensa colectiva y amorosa de la paz no es solo un ideal; es la fuerza de vida que define nuestra humanidad. Frente a un mundo que, cada día más, debe apuntar a ser un mundo para la paz, nuestra respuesta debe ser contundente, unánime y firme.
La opinión del autor no necesariamente responde a la línea editorial de la Agencia Hondureña de Noticias.
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