Cuba y Venezuela conmemoran 25 años del Convenio Integral de Cooperación entre ambas naciones
Elaborado por: Lois Pérez Leira
17 oct (AHN) Las elecciones legislativas de octubre de 2025 se perfilan como el evento que podría sellar el fracaso político y el derrumbe del proyecto de Javier Milei. Estos comicios de medio término han dejado de ser una simple elección para renovar el Congreso y se han transformado en un plebiscito ineludible sobre una gestión marcada por la incapacidad de gobernar y un profundo deterioro social.
El eje central de este colapso es el brutal impacto del ajuste económico. La política de “shock” ha generado una recesión sin precedentes, un desplome en el poder adquisitivo y un aumento descontrolado de la pobreza. Este dolor social generalizado ha sido la causa directa de las contundentes derrotas en elecciones locales, donde el voto de la ciudadanía se articuló como un castigo categórico contra las políticas del gobierno. La insistencia de Milei en polarizar y confrontar a la “casta” ha resultado contraproducente, ya que cada elección se ha convertido en un referéndum que ha expuesto la escasa base de apoyo real del oficialismo.
A la crisis social se suma una fragilidad institucional crónica. La Libertad Avanza (LLA) asumió con una minoría legislativa extrema, y su estrategia de confrontación en lugar de construcción política ha paralizado la agenda de reformas. Esta ingobernabilidad manifiesta ha demostrado la falta de cuadros políticos capaces y la ineficacia de la administración para navegar las complejidades del sistema democrático, un fracaso de gestión que pone en riesgo la estabilidad del resto de su mandato.
Corrupción, Narcotráfico y la Desintegración Moral de LLA
El mayor descrédito para el movimiento libertario proviene de su rápida transformación en la “nueva casta”. El discurso de purificación y lucha contra la corrupción se ha visto dinamitado por un cúmulo de denuncias de manejos poco transparentes dentro de la propia estructura de LLA. Las acusaciones sobre la dudosa financiación partidaria y la falta de criterios en el nombramiento de funcionarios han desmantelado la narrativa moral que llevó a Milei al poder.
En este contexto de sospecha, la figura de Karina “Canina” Milei, Secretaria General de la Presidencia y pilar político del mandatario, se ubica en el centro de las críticas. Su control férreo sobre la estructura partidaria y las listas, sumado a las controversias de su entorno, expone cómo la “nueva política” reproduce vicios de nepotismo y opacidad que juró erradicar.
Mientras el gobierno se consume en sus contradicciones, los problemas estructurales de Argentina se agravan.
El narcotráfico sigue avanzando, evidenciando la total ineficacia de las políticas de seguridad y la persistencia de la corrupción endémica que facilita la penetración del crimen organizado en las estructuras del Estado. Las recurrentes sospechas de connivencia entre las fuerzas de seguridad, la justicia y la política en zonas como Rosario demuestran que el gobierno no ha podido (o no ha querido) romper con el círculo vicioso que carcome las instituciones.
En definitiva, las elecciones de 2025 serán la prueba de fuego que dictaminará el futuro inmediato de Javier Milei. Si el oficialismo no logra revertir la caída de su base electoral y el descontento social, la previsible pérdida de bancas resultará en una debilidad legislativa insuperable, condenando al gobierno a la parálisis y confirmando el pronóstico de su inexorable fracaso político.
La opinión del autor no necesariamente responde a la línea editorial de la Agencia Hondureña de Noticias.
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