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Elaborado por: Lois Pérez Leira
Tegucigalpa, 31 oct (AHN) Alí Primera (31 de octubre de 1941-1985), conocido como “El Cantor del Pueblo”, trasciende la etiqueta de cantautor; es una figura vertebral del pensamiento popular y la cultura política de Venezuela y América Latina.
Su obra no puede entenderse sin inscribirla en la poderosa corriente del Canto Popular Latinoamericano y la Nueva Canción, un movimiento que incluye a gigantes como Mercedes Sosa, Víctor Jara, Violeta Parra, Daniel Viglietti, Horacio Guarany, César Isella, Alfredo Zitarrosa, Los Quilapayún y la posterior Nueva Trova Cubana. Esta generación de artistas transformó la música folclórica en una herramienta de denuncia, conciencia social y esperanza militante.
Un Legado de Compromiso y Raíz.
Nacido en la humilde Coro, estado Falcón, la vida de Alí Primera fue un espejo de las carencias y las luchas de las mayorías en el continente. Su militancia inicial en el Partido Comunista de Venezuela y sus estudios becados en Rumania le ofrecieron una perspectiva global que afianzó su compromiso con los oprimidos. A su regreso a Venezuela, en 1973, rechazó un camino más cómodo y se dedicó de lleno a lo que llamó la “Canción Necesaria”.
La “Canción Necesaria” se distancia de la mera “canción protesta” al ser un vehículo no solo de denuncia, sino también de propuesta y educación popular. Canciones como “Techos de Cartón,” “Canción Mansa para un Pueblo Bravo,” o “Paraguaná, Paraguaná” son vívidos retratos sociales. Con una lírica profunda pero accesible, logró llevar el análisis político a los barrios, a los campos y a las universidades, tejiendo la conciencia entre las clases populares.
El Vínculo con el Pensamiento Bolivariano
Alí Primera fue un apasionado lector de la historia venezolana y, fundamentalmente, del ideario de Simón Bolívar. Su canción “Bolívar Bolivariano” es un texto clave que articula la vigencia del pensamiento antiimperialista del Libertador frente a los problemas contemporáneos de la región. En esta pieza, Alí dialoga con Bolívar, confrontando la retórica vacía con la realidad de los “indignos” que se escudan en su nombre.
Esta visión de un Bolívar vivo, rebelde y enfocado en la justicia social, se convirtió en una de las bases ideológicas del movimiento político conocido como el “Bolivarianismo”. Aunque Alí murió en 1985 y no conoció la “Revolución Bolivariana” que emergió años después, su canto fue una banda sonora y un manifiesto moral para esa corriente. En 2005, el gobierno venezolano declaró su música como Patrimonio Nacional, un reconocimiento a la profundidad de su influencia en la identidad cultural y política del país.
Un Puente con la Patria Grande
Alí Primera, al igual que sus compañeros de ruta en el Canto Popular (Violeta Parra, Víctor Jara, Mercedes Sosa), entendió que las luchas de los pueblos latinoamericanos estaban entrelazadas. Su música es una geografía sonora que va desde los Andes hasta el Caribe, cantándole a la soberanía, a la tierra y a la dignidad de los pueblos.
Su obra es, en última instancia, un canto a la Patria Grande, una expresión artística de la unidad continental necesaria para enfrentar las estructuras de la opresión. Alí Primera no solo dejó canciones; legó una ética de la resistencia y una melodía para la esperanza de un futuro más justo. Su voz, por tanto, sigue siendo hoy más necesaria que nunca.
La opinión del autor no necesariamente responde a la línea editorial de la Agencia Hondureña de Noticias.
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