Ministerio Público investiga audio de expresidente que pretende boicotear elecciones en Honduras
Tegucigalpa, 16 dic (AHN) La Presidenta de Honduras, Xiomara Castro, denunció públicamente la existencia de un intento de golpe de Estado en curso contra su gobierno, el cual busca romper el orden constitucional y desconocer la voluntad popular expresada en el proceso electoral.
La mandataria aseguró que esta agresión responde a intereses políticos que pretenden desestabilizar el país en un momento decisivo para la democracia hondureña.
Honduras pasa por un momento de tensión política tras la celebración de las elecciones generales. Tras 16 días de realizados los comicios, no se conoce un ganador de la contienda electoral, por lo que aumentan las denuncias sobre inconsistencias graves en la transmisión de resultados y el conteo de actas en el Consejo Nacional Electoral.
En ese sentido, el ministro de Planificación Estratégica, Ricardo Salgado, advirtió este día que Honduras atraviesa una situación “muy delicada y grave”, al señalar que el denominado golpe electoral constituye en realidad una nueva modalidad de golpe de Estado, impulsada por sectores del bipartidismo (partidos Nacional y Liberal) que, al no lograr sus objetivos por la vía democrática, buscan forzar una salida violenta del gobierno de Castro.
El funcionario sostuvo que existen pruebas suficientes del intento golpista en las declaraciones públicas de voceros de la derecha, así como en los audios divulgados antes y después del proceso electoral, en los que —afirmó— se confesaron las maniobras para consumar el fraude.
Señaló directamente a Tomás Zambrano y Cossette López (ambos representantes del ultraderechista Partido Nacional) como operadores del golpe electoral y denunció que, pese a la gravedad de los hechos revelados, todavía no hay acciones judiciales en su contra.
Las amenazas de golpe promovidas por sectores de extrema derecha contra gobiernos progresistas son una realidad que pone en vilo la democracia no solo de Honduras, sino la de todos los países latinoamericanos, un referente histórico de esos sectores completamente respaldados por Estados Unidos.
En Honduras, no es casualidad que el bipartidismo recientemente y en varias ocasiones recurrieron a Estados Unidos a pedir intervenciones contra el gobierno de Castro, hechos que finalmente se consumaron días antes de las elecciones, cuando el mandatario republicano Donald Trump condicionó la “ayuda” a este país si no apoyaban al candidato nacionalista Nasry Asfura, aliado directo del narcotraficante Juan Orlando Hernández.
Antes del proceso electoral, en una reunión en la que participaron representantes de los partidos políticos mencionados, junto a congresistas republicanos, entre ellos María Elvira Salazar, caracterizada por ser una hostigadora de Cuba, Venezuela, Nicaragua y en esta ocasión con Honduras, evocó el golpe de Estado en 2009 contra el entonces presidente constitucional, Manuel Zelaya.
Salazar afirmó que en ese momento las Fuerzas Armadas habían “salvado al país”, por lo que instó a las fuerzas militares a ejecutar un golpe contra el gobierno de Castro, igual que hace 16 años.
Al expresar sus indeclinables intereses sobre el territorio hondureño, Salazar quien toma decisiones unilaterales contra asuntos que de ninguna forma le corresponden, afirmó: “Estados Unidos observa de cerca y no permitiremos que el socialismo robe la voz del pueblo”.
Ese sector estadounidense ultraconservador, junto a las elites económicas oligárquicas en el país centroamericano, son las que ponen el peligro el verdadero Estado de derecho, que durante sus cuatro años de gobierno garantizó la Presidenta Castro.
Esa postura de Estados Unidos y los sectores derechistas todavía representa una grave amenaza y una falta de respeto a la soberanía popular y el derecho a la libre autodeterminación del pueblo hondureño.
Los antecedentes después del golpe de 2009 fueron catastróficos para el país. La llegada de gobiernos nacionalistas, a los que hoy Trump respalda públicamente detonaron en actos de corrupción, violencia y un Estado secuestrado por el narcotráfico, siendo Juan Orlando Hernández el cabecilla de estructuras criminales, que en 2024 fue condenado en Nueva York, por los delitos narcotráfico y recientemente fue indultado por Trump.
Las amenazas directas de provocar un golpe de Estado no forman parte de un plan aislado, la historia del país centroamericano ha sido objeto de campañas de desprestigio divulgadas por los medios corporativos en Honduras y otros actores injerencistas en Estado Unidos.
Según analistas, el único “delito” por el que atacan al gobernante Partido Libertad y Refundación (Libre) fue su propuesta política en favor de las grandes mayorías más desfavorecidas del país.
Toda la trama “golpista” se suma a un historial prolongado de injerencias externas en el sistema político nacional y las más recientes, el golpe de Estado de 2009, los fraudes electorales contra Libre en 2013 y 2017.
Ante esta situación, la Presidenta Castro llamó al pueblo hondureño, a los movimientos sociales y a la comunidad internacional a mantenerse vigilantes y a defender de forma pacífica el orden democrático.
Asimismo, reiteró que Honduras no aceptará tutelajes externos ni presiones extranjeras, y que será el pueblo hondureño el único facultado para decidir su destino político.
BRP
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