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Tegucigalpa, 27 ene (AHN) La nueva administración de Donald Trump marca un periodo de tensiones significativas en las relaciones diplomáticas de Estados Unidos con Latinoamérica, especialmente en temas de migración y cobro de aranceles.
Brasil y Colombia protagonizaron los conflictos más recientes, quienes respondieron con firmeza a las políticas unilaterales del presidente estadounidense.
Las recientes declaraciones y decisiones políticas de Trump generaron respuestas firmes de estos países que destacaron el impacto del unilateralismo en la diplomacia regional.
A esto se suma la convocatoria de la Presidenta Pro Tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), Xiomara Castro, para una reunión urgente de este organismo multinacional, en busca de crear una estrategia común ante las acciones de Washington.
Brasil: El trato humillante a los migrantes
La relación entre Brasil y Estados Unidos se vio afectada por las declaraciones de Trump, quien afirmó que “Estados Unidos no necesita a Brasil, pero Brasil sí necesita a Estados Unidos”.
Sin embargo, el verdadero punto de fricción fue el trato a un grupo de deportados brasileños que regresaron esposados de pies y manos en un vuelo, por lo que el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva calificó el incidente como “inaceptable” y denunció que Estados Unidos violó los acuerdos bilaterales que exige un trato digno a los deportados, razón por la cual se pedirá explicaciones al gobierno de Donald Trump.
El vuelo estadounidense se dirigía a la ciudad brasileña de Belo Horizonte, pero aterrizó en Manaos el viernes por la noche debido a un error, según manifestaron las redes del gobierno brasileño.
Por su parte, la Policía Federal Brasileña dijo que descubrió a 88 compatriotas deportados a bordo del vuelo que venían esposados, por lo que inmediatamente los liberaron de acuerdo con los protocolos de seguridad del país, por considerarlo un trato humillante.
Colombia: Aranceles como medida de represalia
En el caso de Colombia, la tensión escaló tras la negativa del presidente Gustavo Petro, de aceptar vuelos de migrantes desde Estados Unidos, lo que llevó a Trump a imponer un arancel del 50 por ciento a los productos colombianos.
Petro respondió en su cuenta de X, “Me informan que usted pone a nuestro fruto del trabajo humano 50 por ciento de arancel para entrar a EEUU, yo hago lo mismo”, además de manifestar en alusión al mandatario norteamericano que “su bloqueo no me asusta; porque Colombia además de ser el país de la belleza, es el corazón del mundo. Sé que ama la belleza como yo, no la irrespete y le brindará su dulzura”.
Además, Petro anunció un incremento del 25 por ciento a las importaciones estadounidenses y destacó su compromiso de diversificar los mercados internacionales de Colombia y reducir la dependencia económica de Washington.
Asimismo, el presidente colombiano enfatizó que se debe fortalecer la producción nacional para reemplazar bienes importados, apelando al orgullo local y al potencial productivo del país.
Sin embargo, el gobierno de Trump dio marcha atrás a una serie de sanciones que planeaba imponer a Colombia, ya que, tras horas de tensión, el gobierno colombiano aceptó los términos de esta política de Trump y apagó una disputa entre las dos naciones.
Según el embajador de Colombia en Washington, Daniel García, se vivieron momentos un poco álgidos de lado y lado, pero el canal de comunicación siempre estuvo abierto, ya que la preocupación más grande del gobierno colombiano era el respeto a la dignidad de los migrantes deportados.
El canciller colombiano, Luis Gilberto Murillo, por su parte reveló que se puso a la disposición el avión presidencial para viajar a Estados Unidos y transportar a los migrantes que Trump pretendía deportar.
Latinoamérica unida: una respuesta conjunta
liderada por Honduras
Ante este escenario, la Presidenta de Honduras, Xiomara Castro, actuando en condición de Presidenta Pro Témpore convocó a una reunión urgente de la CELAC para abordar las crecientes tensiones con la administración Trump.
Según el canciller, Enrique Reina, esta iniciativa busca coordinar una respuesta colectiva que permita defender los intereses de la región. La reunión solicitada por Colombia y respaldada por otros países miembros refleja la necesidad de fortalecer la integración regional como estrategia frente a los desafíos impuestos por las políticas proteccionistas y punitivas de Estados Unidos.
Sin duda, las acciones de Donald Trump han puesto a prueba las relaciones de Estados Unidos con Brasil y Colombia, llevando a ambos países a responder con determinación para proteger su soberanía y dignidad.
Mientras tanto, la CELAC emerge como un espacio clave para la articulación de estrategias comunes en defensa de los intereses latinoamericanos. Este episodio destaca la importancia de la unidad regional frente a las políticas unilaterales que buscan debilitar la autonomía de las naciones del sur global.
JLU
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