Cuando la Independencia está en Peligro

Elaborado por: Lois Pérez Leira.

Tegucigalpa, 9 jul (AHN) Argentina conmemora un nuevo aniversario de su Independencia. Aquel día de 1816 en Tucumán no fue un acto simbólico ni una formalidad: fue una declaración de ruptura con los poderes imperiales, un gesto de coraje político y una apuesta por la construcción de una Nación libre, soberana y justa.

Sin embargo, este año la conmemoración no se limita al recuerdo. En 2025, la fecha adquiere un peso dramático. Porque por primera vez en mucho tiempo, la existencia misma del país como proyecto soberano está en jaque. Y no por un ejército invasor ni por un golpe de Estado, sino por un gobierno democráticamente electo que actúa como si su mandato fuera borrar la historia, dinamitar el Estado y entregar la Nación.

Javier Milei no gobierna: liquida. Bajo el discurso del “orden” y el “mercado”, impulsa una política de destrucción sistemática del entramado nacional, atacando la educación, la ciencia, la industria, los recursos naturales y los derechos laborales.

En nombre de una supuesta libertad, somete al país a los dictados del capital financiero internacional y a las órdenes de corporaciones extranjeras. No hay proyecto de desarrollo, no hay estrategia de crecimiento: solo ajuste, desguace y represión.

La firma del Pacto de Mayo, vendida como un nuevo contrato social, no es más que una escenografía vacía, un intento de legitimación institucional para seguir avanzando con reformas que desmantelan la república, despojan al pueblo y socavan la democracia. Es el acta de defunción de un país con historia, cultura y memoria.

Hoy, como en 1816, vuelve a ser necesario decidir: ¿Patria o Colonia?

Porque lo que está en juego no es solo una orientación económica ni un modelo de gobierno. Lo que se disputa es el alma misma de la Argentina. ¿Será una nación independiente, con capacidad de decidir su destino, con justicia social y con un pueblo protagonista? ¿O será un enclave extractivista, empobrecido, dócil, diseñado para el beneficio de unos pocos?

La represión creciente, la persecución política, la censura y el desprecio por lo público no son errores aislados. Son partes de una estrategia de demolición. Y frente a eso, recordar la Independencia no alcanza. Hay que defenderla.

Este 9 de julio no puede ser una postal folclórica ni un acto protocolar. Debe ser una jornada de reflexión profunda y de compromiso colectivo.

Porque la independencia no fue un milagro, fue una conquista. Y como toda conquista, puede perderse si no se la sostiene con organización, con lucha y con conciencia.

Defender la Patria hoy es denunciar el saqueo, resistir la entrega y construir alternativas. Es decir, con claridad y sin miedo: la Argentina no está en venta, y el pueblo no será esclavo.

La opinión del autor no necesariamente responde a la línea editorial de la Agencia Hondureña de Noticias.

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