Tegucigalpa, 20 nov (AHN) Diversos funcionarios hondureños calificaron de fallida la audiencia del bipartidismo opositor (partidos Nacional y Liberal) en Estados Unidos, luego de que el congresista de esa nación norteamericana Joaquín Castro objetara a un testigo vinculado a la ZEDE Próspera y a la banca privada de Honduras.
La audiencia, convocada por la congresista estadounidense María Elvira Salazar, contó con la participación de delegados de los derechistas partidos Nacional (PN) y Liberal (PL).
Las autoridades estadounidenses remarcaron que el testigo Carlos Trujillo, presentado por la oposición, “no conocen la realidad del país” y mantienen “conflictos de interés” derivados de su relación con la derogada ZEDE Próspera y con bancos nacionales.

Funcionarios resaltaron que también existe preocupación sobre una posible injerencia extranjera en las elecciones hondureñas del próximo 30 de noviembre.
Durante la sesión legislativa en Washington, el congresista Castro rechazó la intervención del abogado Carlos Trujillo, quien reconoció vínculos contractuales con Próspera y con Banco Ficohsa.
Castro cuestionó su “objetividad” y señaló que su testimonio no podía considerarse imparcial, lo que llevó a que, según funcionarios hondureños, se le retirara la palabra.
De acuerdo a medios internacionales, Trujillo no solo es un ferviente partidario de letales sanciones económicas contra países como Cuba, sino que también habría jugado un papel clave al proporcionar y reafirmar el pretexto para el golpe de Estado de 2019 en Bolivia.
Trujillo promovió falsas denuncias de fraude electoral a favor de Evo Morales en las elecciones de 2019, a pesar de la falta de pruebas y la desacreditación de estas afirmaciones.
Además, Trujillo estuvo implicado y sostuvo diversas reuniones con el narcotraficante Juan Orlando Hernández, expresidente de Honduras convicto en Nueva York, cuando querían vender el territorio hondureño mediante las ZEDE Próspera.

Autoridades en Tegucigalpa afirmaron que la audiencia “se desvió del tema”, enfocándose en asuntos internos de Estados Unidos y problemáticas del Caribe, mientras solo se mencionó de manera tangencial la situación política hondureña.
Según estas opiniones, la delegación opositora falló en su propósito de abordar el proceso electoral hondureño.
Gerardo Torres, vicecanciller de Honduras, declaró que la audiencia fue un “fracaso”, asegurando que ningún representante del Gobierno del presidente Donald Trump la acompañó.
Según Torres, la intervención del testigo mostró “claros conflictos de interés”, y la audiencia habría confirmado que “el financiamiento de la delegación provino de estructuras asociadas a Próspera”.
El analista Félix Molina calificó a la delegación opositora como “traidores a la patria”, afirmando que fueron “llevados por Próspera”. Sostuvo además que la convocatoria evidenció la influencia de intereses privados sobre sectores del bipartidismo.
El ministro del Fondo Hondureño de Inversión Social (FHIS), Warren Ochoa, afirmó que el viaje opositor representó un “espectáculo que se les salió de las manos” y que su ejecución reveló una “inminente derrota electoral”.
A su vez, el procurador general de la República de Honduras, Manuel Díaz-Galeas, señaló que la audiencia se transformó en “una interpelación televisada” sobre temas de política estadounidense, lo que calificó como un “papelón absoluto” de la oposición.
Otros funcionarios, como el director del Servicio Aeroportuario Nacional, Malcolm Stufkens, y el director de Aduanas, Fausto Cálix, criticaron que un exrepresentante de Próspera fungiera como testigo del bipartidismo. Cálix sostuvo que esto deja “al descubierto los intereses que representa la oposición”.
El secretario del Trabajo, Wilmer Fernández, cuestionó el respaldo de estructuras privadas al bipartidismo y afirmó que la audiencia “evidenció quién financia” a figuras opositoras.
En tanto, el secretario de Finanzas, Christian Duarte, recordó que “las elecciones se ganan con el voto del pueblo en las urnas”.
El secretario de Energía, Erick Tejada, calificó la participación opositora como un “ridículo internacional”, señalando que fueron “vapuleados incluso por los mismos estadounidenses”.
SAV
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