Delegación hondureña impone su talento en Juegos Centroamericanos
Elaborado por: Lois Pérez Leira
29 sep (AHN) El reciente discurso del canciller hondureño, Javier Enrique Bu, ante la Asamblea General de la ONU no fue una simple alocución diplomática; fue un valiente manifiesto que confrontó de manera directa las hipocresías y las iniquidades del sistema internacional. Desde la tribuna más alta, Honduras alzó la voz no solo por sí misma, sino por todas las naciones que sufren la tiranía de las potencias y la ineficacia del multilateralismo.
La Sanción Ilegal: Un Arma de Guerra Económica
El punto central del discurso fue la condena a las sanciones ilegales impuestas a varios países, a las que el Canciller Bu calificó sin ambages como medidas que “estrangulan a las economías y condenan pueblos a la miseria.” La referencia directa a Cuba, cuyo pueblo padece un bloqueo de décadas, ilustra la naturaleza punitiva y deshumanizante de estos actos.
Estas sanciones, junto con la condena a la ocupación extranjera y las amenazas de injerencia militar en el hemisferio, son un “inaceptable” asalto al derecho inalienable de los pueblos a ser libres y soberanos. Bu nos recuerda que no se puede hablar de paz y progreso mientras se niega la autodeterminación por intereses geopolíticos.
Gaza y Ucrania: La Quiebra Moral del Multilateralismo
El panorama mundial que presentó el representante hondureño es desolador: “El mundo no está en paz.” Al señalar el “genocidio en Gaza, la devastación en Ucrania y las crisis persistentes,” el Canciller expuso la quiebra moral del sistema multilateral. Su enérgica denuncia del desplazamiento de palestinos y la ratificación del reconocimiento del Estado de Palestina son una toma de posición ineludible en un conflicto que ha superado los límites de la barbarie. Un sistema internacional que observa el sufrimiento masivo sin poder detenerlo es, sencillamente, un sistema fallido.
La Refundación de Honduras: Un Modelo Contra la Miseria
El discurso cobra una fuerza especial al vincular la política exterior con la lucha interna de Honduras. Bu contrastó el actual proceso de Refundación de la Patria, liderado por la Presidenta Xiomara Castro, con el oscuro legado de la “narcodictadura” y la corrupción que explotó al país tras el golpe de Estado de 2009.
El mensaje es claro: la recuperación de la soberanía popular y la lucha contra la oligarquía no son meros eslóganes. Se trata de una transformación profunda orientada a las mayorías, que ha priorizado “la vida por encima del negocio, y la educación y la salud por encima de los privilegios.” Los datos son irrefutables: la reducción de la pobreza del 73% al 63% y de la pobreza extrema del 54% al 40% en tres años demuestran que la justicia social es la verdadera vía para la dignidad nacional.
El Llamado a un Nuevo Orden Económico Justo
Finalmente, el Canciller Bu trazó el camino hacia un futuro más equitativo, urgiendo el establecimiento de mecanismos financieros más inclusivos y justos. La exigencia de que los países en desarrollo accedan a recursos “en condiciones justas y previsibles” es la clave para superar las asimetrías globales.
La intervención de Honduras en la ONU es más que un informe: es un llamamiento audaz para construir un multilateralismo que realmente garantice justicia social, resiliencia económica y sostenibilidad ambiental. La posición de Honduras se erige como una voz necesaria y crítica, demostrando que la verdadera dignidad de una nación se mide por su capacidad de defender su soberanía y la de todos los pueblos oprimidos.
La opinión del autor no necesariamente responde a la línea editorial de la Agencia Hondureña de Noticias.
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