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Elaborado por: Lois Pérez Leira
28 sep (AHN) El reciente pronunciamiento del expresidente de Honduras, Manuel Zelaya, en la red social X, no es un hecho aislado, sino la consolidación de una postura común entre la izquierda antiimperialista de América Latina. Al manifestar su “coincidencia” con las declaraciones del presidente de Colombia, Gustavo Petro, y declarar su “contundente” solidaridad con el pueblo palestino, Zelaya traza una línea divisoria moral y política en el contexto del conflicto en Oriente Medio.
La fuerza del mensaje reside en su llamado a la acción ideológica: “Todo habitante de este planeta, en resistencia antiimperialista y solidario con la lucha de los pueblos oprimidos contra el fascismo, que ame la vida y la justicia y que se considere humano y civilizado, debe decir hoy con claridad y orgullo: ‘Yo siento y pienso como Gustavo Petro, presidente democrático de Colombia. ¡Viva Palestina Libre!'”.
Un Manifiesto Antiimperialista
El texto de Zelaya es, en esencia, un manifiesto. No se limita a expresar una opinión, sino que establece un criterio de humanidad y civilidad ligado directamente a la causa palestina y al respaldo a Petro. Al enmarcar el conflicto como una lucha de los “pueblos oprimidos contra el fascismo”, Zelaya conecta la situación actual con la narrativa histórica de las batallas latinoamericanas por la soberanía y contra las intervenciones extranjeras.
Para Zelaya, al igual que para Petro, la causa palestina se convierte en un símbolo universal. Identificar a Petro como un “presidente democrático” en este contexto sirve para validar su posición y contrarrestar cualquier crítica que intente deslegitimar su diplomacia por considerarla ideológica o radical. El mensaje tácito es claro: la postura de Colombia no solo es legítima, sino que es la única opción moral para un líder que se precie de defender la justicia y la democracia real.
La Solidaridad como Eje de la Integración
La adhesión de Zelaya, líder del partido Libertad y Refundación (Libre) y esposo de la actual presidenta hondureña Xiomara Castro, refuerza la creciente tendencia de la izquierda latinoamericana de asumir un rol más visible y crítico en la geopolítica global. Esta solidaridad trasciende las fronteras y los intereses puramente nacionales, buscando crear un frente regional que pueda ejercer una influencia colectiva en asuntos internacionales.
Al invocar los valores de la “vida y la justicia”, el exmandatario hondureño no solo apoya la diplomacia de Petro, sino que también reafirma un principio que ha guiado a gran parte de la izquierda de la región: la necesidad de defender la autodeterminación de los pueblos frente a cualquier forma de poder hegemónico, sea militar, económico o mediático.
Las palabras de Manuel Zelaya solidifican el mensaje de que, para una parte significativa de la región, la causa palestina es indisoluble de la propia lucha latinoamericana contra el imperialismo.
La opinión del autor no necesariamente responde a la línea editorial de la Agencia Hondureña de Noticias.
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