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Tegucigalpa, 7 nov (AHN) El técnico de la selección nacional de Honduras, Reinaldo Rueda, aseguró hoy que el equipo llega con determinación y enfoque total a los duelos eliminatorios frente a Nicaragua y Costa Rica, en su lucha por la clasificación al Mundial 2026.
El seleccionador nacional ofreció este viernes un extenso balance sobre la preparación del equipo de cara a los dos compromisos decisivos por la clasificación y profundizó en aspectos tácticos, médicos y logísticos que marcarán la ventana internacional.
Rueda reconoció las dificultades habituales en estas convocatorias, sobre todo por la llegada escalonada de jugadores desde distintos clubes y el seguimiento que exige la estructura técnica.
“Estas convocatorias, como todas y más en la instancia en que estamos, siempre tienen sus bemoles”, dijo, y explicó que el cuerpo técnico ha trabajado con informes de los clubes, visión directa de los últimos minutos y partidos de los convocados, y evaluaciones físicas y médicas para conformar la nómina.
Con la vinculación reciente de Jorge Álvarez y Carlos Pineda, la lista ascendió a 22 futbolistas; Rueda espera completar el plantel con las incorporaciones previstas para el lunes y el martes antes del viaje a Managua.
Sobre la planificación, el técnico subrayó que la intención es “hacer lo más coherente posible” y proyectar escenarios imprevistos: reconocer el campo en Managua y tener listos los planes de trabajo para el jueves.
Aclaró que algunos jugadores llegarán en diferentes días —por ejemplo señaló que Luis Palma llegará hasta el martes— y que el equipo viajará con el tiempo suficiente para el reconocimiento de cancha y la preparación física específica.
Rueda valoró la mezcla de experiencia y juventud en la convocatoria. Destacó la inclusión de jóvenes como Dereck Moncada —quien ya estuvo en la Sub-20— y otros prospectos que, aunque alternan minutos en sus clubes, muestran condiciones prometedoras.
“Son jugadores que aún no han dado todo su potencial; a cada uno le hemos brindado su momento”, explicó, y los ubicó como parte de un proceso de relevo generacional que requiere manejo y paciencia.
También mencionó convocatorias previas (Leonardo García, Nairobi) como ejemplos del mismo criterio de proyección.

El técnico dedicó tiempo a comentar la situación de los legionarios. Elogió el rendimiento de Luis Palma y Kervin Arriaga en el exterior, pero pidió mesura: “No se deben crear falsos ídolos por un partido o un gol”.
Sobre Kervin, Rueda dijo que habló con él esta semana y le advirtió “no te la creas”, recordando que la carrera exige constancia y que el protagonismo puede durar poco si no se sustenta en rendimiento continuo.
En materia de lesiones y bajas, Rueda admitió que han sufrido golpes importantes: citó la ausencia de Anthony “Choco” Lozano por una lesión que ameritó cirugía en México y un periodo de recuperación que lo mantendrá fuera de acción —“es un golpe duro para él y para nosotros”, comentó—.
Habló de la lesión de David Ruiz y otros casos que vinculó a una problemática más amplia en la formación y manejo físico de los futbolistas hondureños. Señaló la necesidad de revisar procesos de entrenamiento y prevención a nivel de clubes y selecciones juveniles.
Ante preguntas sobre declaraciones rivales —en particular del técnico de Nicaragua, que aseguró querer “hacer la maldad a Honduras”— Rueda restó dramatismo y pidió concentración: “Lo importante será lo que hagamos nosotros dentro del campo”, afirmó, llamando a transformar cualquier provocación en motivación.
Tácticamente, Rueda explicó que su planificación contempla adaptar el equipo al perfil de cada rival: “Nicaragua tiene un estilo y un sistema; Costa Rica otras características físicas y de maduración futbolística”.
Por ello, las sesiones de entrenamiento previstas son de alta exigencia y con énfasis en competitividad interna: algunos convocados pueden llegar a ser alternativas, sparrings o sorprender como titulares según lo demuestren en la práctica.
“La realidad está sobre la cancha”, dijo, remarcando que las decisiones finales se tomarán en base al rendimiento en las sesiones y al estado físico de los jugadores.

El técnico no eludió el componente emocional y la presión que implica disputar dos “finales” para una nación ansiosa por volver a un Mundial.
Habló de noches de reflexión, de trabajo extra y de la gran responsabilidad que pesa sobre jugadores, cuerpo técnico y directivos. “Tenemos la ilusión de cumplirle a Honduras y devolverla a un Mundial”, sentenció, apelando a la disciplina, la perseverancia y el compromiso colectivo.
Finalmente, Rueda pidió apoyo para la selección y cautela frente a expectativas desmedidas: instó a la afición y a los medios a acompañar al equipo en vez de caer en críticas prematuras, y confió en que, con el trabajo que se desarrolla en estos diez días de concentración, la bicolor llegará en condiciones para disputar ambas fechas con opciones reales de clasificación.
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