Elaborado por: Lois Pérez Leira.
20 jun, (AHN) Este viernes, las calles de la capital yemení, Sanaá, se vieron desbordadas por una marea humana que se estima superó los dos millones de manifestantes. La multitudinaria marcha, convocada en solidaridad con el pueblo palestino y en repudio al Estado sionista de Israel, no solo reflejó la indignación por la continuidad del genocidio en Gaza, sino también una contundente condena al reciente ataque israelí contra Irán. Yemen, un país que lleva años resistiendo la agresión saudí y sufriendo el asedio internacional, se ha convertido en uno de los epicentros más claros de la solidaridad activa con Palestina en la región.
Las imágenes de la manifestación en Sanaá son impactantes: pancartas con consignas como “¡Muerte a Israel!” y “¡Muerte a Estados Unidos!” ondeaban al ritmo de una sola voz que clamaba justicia. La población, pese a la guerra y a las adversidades económicas, salió a las calles para expresar un mensaje claro al mundo: Yemen no será indiferente ante la masacre de Gaza ni ante la agresión sionista contra Irán.
En declaraciones contundentes durante la marcha, Mohammed Ali al-Houthi, destacado líder del movimiento Ansar Allah (hutíes), expresó:
“La agresión israelí contra Irán es una violación a la soberanía de las naciones y una muestra más del carácter criminal del régimen sionista. Nosotros, en Yemen, seguiremos alzando nuestras voces y nuestras armas en apoyo a los pueblos oprimidos de Palestina y de la región. No nos detendrán las amenazas ni los bloqueos”.
Por su parte, Abdul Malik al-Houthi, líder máximo del movimiento, envió un mensaje grabado que fue transmitido a los manifestantes:
“Hoy, desde Sanaá, desde el corazón de Yemen, enviamos un claro mensaje a los agresores: sus crímenes en Gaza, sus ataques a Irán y sus conspiraciones no quedarán sin respuesta. Seguiremos con nuestras operaciones en el mar Rojo y continuaremos apoyando la resistencia hasta que Palestina sea libre, desde el río hasta el mar”.
La contundencia de las palabras de los líderes hutíes no es mero discurso. Yemen, bajo su liderazgo, ha demostrado ser uno de los pocos actores regionales que ha traducido su solidaridad en acciones concretas, como los bloqueos a embarcaciones vinculadas a intereses israelíes en el mar Rojo, afectando seriamente las rutas comerciales y obligando a empresas internacionales a desviar sus trayectos.
Mientras el genocidio en Gaza continúa y la comunidad internacional sigue mirando hacia otro lado, las manifestaciones como la de Sanaá envían un poderoso recordatorio: la resistencia y la solidaridad con Palestina no están derrotadas. Yemen, a pesar de sus propias heridas, está dispuesto a ser un actor central en este frente de dignidad.
La marcha en Sanaá no solo fue un acto de protesta. Fue un grito de justicia, un llamado a la acción, y una muestra de que la causa palestina sigue viva en el corazón de los pueblos libres. Y Yemen, con valentía y determinación, ha decidido no permanecer en silencio.
La opinión del autor no necesariamente responde a la línea editorial de la Agencia Hondureña de Noticias
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