Embajador hondureño destaca acuerdos de Presidenta Castro en España
Elaborado por: Julio C. Gambina.
Buenos Aires, 2 jul (AHN) El fallo de la jueza Loreta Preska de Nueva York para que Argentina pague con acciones de YPF la sentencia por el juicio que se lleva en su juzgado por el fondo buitre “Burford”, comprador del derecho a litigar contra la Argentina por la estatización parcial de la petrolera en 2012, está en el centro de la discusión.
La primera reacción del gobierno libertario es la solicitud la suspensión del fallo de la jueza neoyorkina. Es un dato curioso que un gobierno que tiene una crítica hacia todo lo que es estatal tenga que ponerse en defensa de la empresa privada de gestión estatal, con el argumento de una sentencia “jurídicamente inaplicable”.
Hasta un crítico del Estado como el gobierno Milei tiene que salir a defender los intereses de esta empresa privada de gestión pública.
El debate trasciende la coyuntura
Más allá de lo concreto, el debate político y mediático trasciende lo inmediato de la sentencia y se proyecta en el tiempo en debates históricos.
Primero sobre la privatización de la principal empresa productiva local, Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), transformada hoy en YPF, solo una sigla.
Se discute si fue adecuado o no aquella privatización del menemismo en los 90 del siglo pasado, tanto como la llamada argentinización de YPF, que fue la entrada del grupo Eskenazi en el año 2007, y la estatización parcial del 2012, asociada al acuerdo secreto con Chevron para hacer real la explotación de Vaca Muerta.
Todo supone un punto de partida para el debate económico. El tema es si el país podría hoy exportar energía si no se llevaba adelante la estatización parcial de YPF, que cambió la ecuación productiva de la Argentina, más allá de cualquier opinión sobre el acuerdo secreto con Chevron y la tecnología de la fractura hidráulica o fracking.
Una tecnología que le permitió a Estados Unidos, entre el 2015 y el 2018, volver a ser el primer productor mundial de hidrocarburos en base a la explotación de los no convencionales. Vale mencionar que Argentina ha sido el principal socio receptor de esa tecnología.
El debate incluye un tema que es estratégico a nivel mundial, porque la energía, el petróleo, el gas son un insumo primordial del modelo productivo contemporáneo.
Argentina tiene expectativa de ser proveedor de los europeos que cerraron la recepción del gas ruso a partir de los acontecimientos bélicos en Ucrania.
Estados Unidos tiene intereses estratégicos porque es el principal consumidor mundial, pero retomó el carácter de principal productor que había perdido en la crisis energética de los años 70 del siglo pasado.
Argentina ha revertido su situación de importador de energía hasta hace muy poco, para convertirse en un país que exporta, logrando un excedente de divisas, esenciales en el funcionamiento del capitalismo local.
¿Quién maneja la energía en cada país?
Más allá de los debates y cómo evolucione el tema jurídico, la esencia del tema es la crisis energética global.
No es un tema menor si es una empresa privada de gestión estatal, o una empresa totalmente estatal, o una empresa privada quién toma las decisiones, o quién tomará las decisiones en el futuro según cómo se desarrolle este juicio.
En el fondo está el debate sobre la energía, especialmente cuando Estados Unidos volvió a tener la preeminencia en la producción mundial de un insumo estratégico.
Por eso las especulaciones o sospechas sobre intereses geopolíticos detrás de la decisión de la jueza de Nueva York.
El debate trasciende lo jurídico y se proyecta en lo económico, político, diplomático, como parte de los grandes debates globales que atraviesan la coyuntura local y mundial.
Resulta de interés considerar que piensa la sociedad sobre estos temas estratégicos, que hacen al presente y al futuro del país.
La opinión del autor no necesariamente responde a la línea editorial de la Agencia Hondureña de Noticias.
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