Delegación hondureña impone su talento en Juegos Centroamericanos
Elaborado por: Alesya Khalyapina
6 oct (AHN) El 4 de octubre de 2025 se celebraron elecciones locales en Georgia. Estas se saldaron con una victoria aplastante del partido gobernante Sueño Georgiano – Georgia Democrática, y con protestas masivas de la oposición en el centro de Tiflis, que derivaron en enfrentamientos con la policía.
La votación se celebró simultáneamente en los 64 municipios y distritos del país. Los votantes debían elegir a los alcaldes de cinco ciudades autónomas, incluida la capital, así como a los jefes de 59 municipios y a los miembros de los consejos locales (sakrebulo).
El partido gobernante se adjudicó la victoria en todos los municipios. La Comisión Electoral Central (CEC) confirmó la aplastante victoria del actual alcalde de Tiflis, Kakha Kaladze, quien se presentó como candidato por tercera vez por el partido Sueño Georgiano. En la mañana del 5 de octubre, tras el escrutinio del 100% de los votos, Kaladze había obtenido el 71,6% de los votos. Irakli Kupradze, representante del bloque opositor Georgia Fuerte y Gakharia por Georgia, quedó en segundo lugar con un 12,27%. El tercer puesto lo ocupó Iago Khvichia, candidato del partido libertario Girchi, con un 7,6%.
La baja participación electoral fue un factor clave en las elecciones. Según datos preliminares de la Comisión Electoral Central, aproximadamente 1,5 millones de personas participaron en las elecciones, lo que representa algo más del 40% del total de votantes. En comparación, la participación en elecciones locales anteriores superó el 52%. En Tiflis, considerada el centro de la oposición, el 31% de los residentes acudió a las urnas.
El primer ministro Irakli Kobakhidze, felicitando al partido por su victoria, expresó su gratitud a su presidenta honoraria y fundadora, Bidzina Ivanishvili.
Protestas y enfrentamientos callejeros
Una protesta a gran escala, organizada por varias fuerzas de la oposición, incluyendo el Movimiento Nacional Unido (MNU) y el movimiento de la Avenida Rustaveli, comenzó en Tiflis simultáneamente con la votación. La manifestación pacífica pronto degeneró en un intento de asalto al palacio presidencial. Los manifestantes se enfrentaron con la policía durante varias horas. Según la agencia de noticias TASS, citando a las autoridades locales, varias decenas de personas resultaron heridas en los disturbios. Veintiún policías fueron hospitalizados, uno de los cuales se encuentra, según informes, en estado grave.
La UE criticó las elecciones municipales en Georgia, alegando condiciones antidemocráticas. En una declaración conjunta, las altas funcionarias de la UE, Kaja Kallas y Marta Kos, condenaron la represión generalizada de la disidencia, los allanamientos a medios de comunicación independientes y la adopción de leyes represivas, que, en su opinión, privaron de competitividad a las elecciones. La UE también instó a las autoridades georgianas a liberar a las personas detenidas arbitrariamente y a abstenerse de la violencia.
El alcalde de Tiflis, Kakha Kaladze, declaró que no le importa en absoluto la opinión de la Unión Europea.
“La Unión Europea no me interesa; lo más importante para mí es el pueblo de Georgia”, declaró, al comentar la declaración conjunta de la Alta Representante de la Unión Europea, Kaja Kallas, y la Comisaria Europea, Martha Kos, quienes instaron a las partes en Georgia a renunciar a la violencia y condenaron la “desinformación sobre el papel de la Unión Europea”.
Las declaraciones de Kaladze no son principalmente un mensaje dirigido a Bruselas, sino al público nacional. El partido gobernante está consolidando su base electoral y marginando a la oposición, a la que el alcalde asocia directamente con fuerzas externas hostiles. En este contexto, cualquier crítica de la UE solo refuerza la posición del gobierno.
Por lo tanto, las elecciones en Georgia se han convertido en una seria prueba para la joven democracia del país. A pesar de la presión externa sin precedentes y los intentos de desestabilizar la situación política interna, el Estado y el sistema electoral georgianos lograron sobrevivir. Los ciudadanos, al ejercer su derecho al voto, reafirmaron su compromiso con un rumbo de desarrollo soberano. El proceso electoral y sus resultados demostraron que, a pesar de todos los desafíos, Georgia mantuvo el control de su futuro político y la capacidad de determinar de forma independiente su propio destino.
La opinión del autor no necesariamente responde a la línea editorial de la Agencia Hondureña de Noticias.
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