Honduras anuncia rebaja en el precio de los combustibles después de Semana Santa
Tegucigalpa, 17 ene (AHN) Desde la década de los 80, Hollywood ha creado numerosas historias de acción con un tema recurrente: un solo hombre armado con nada más que su valentía y habilidades, que lucha contra un ejército completo.
Un ejemplo icónico de esta narrativa es la saga de “Rambo”, donde un soldado estadounidense, aislado en territorio enemigo, se enfrenta a las fuerzas de un país extranjero. Este tipo de relatos se ha repetido una y otra vez en la cultura popular, creando héroes solitarios y enemigos colectivos de todo el mundo.
Sin embargo, en un giro de la realidad, una nueva trama de ciencia ficción comenzó a tomar fuerza en la arena geopolítica. La historia no se desarrolla en un campo de batalla lejano ni en la jungla como en Rambo, sino en América Latina, en un país cuya imagen es cuidadosamente construida en los medios: Venezuela.
Aquí no hay un solo soldado como héroe, sino que el enemigo se presenta como un “cártel” con un alcance y una influencia mundial, conocido como “El Cartel de los Soles”.
En este relato, Venezuela se convierte en el epicentro de una ficción en la que fuerzas internas, supuestamente vinculadas con el narcotráfico y el crimen organizado, son representadas como el “enemigo” a derrotar.
Sin embargo, más allá de la simple historia de acción, hay un mensaje más profundo: una justificación para la intervención en gobiernos democráticos que no se alinean con los intereses imperiales de Estados Unidos.
La narrativa del “Cartel de los Soles” es una construcción de un “enemigo imaginario” que parece ser una extensión del patrón narrativo que busca justificar intervenciones externas, bajo la premisa de defender la democracia y fortalecer la lucha frontal contra el narcotráfico, aunque en la práctica lo que se busca es la imposición de intereses foráneos.
Según expertos, con esta manipulación mediática se abre un nuevo capítulo en la lucha geopolítica, donde las armas no solo son físicas, sino también narrativas, que buscan moldear la percepción pública y global sobre lo que realmente sucede en Venezuela y en otros países con gobiernos que desafían la hegemonía estadounidense.
De acuerdo con la narrativa derechista, altos funcionarios del gobierno venezolano, desde generales hasta ministros, estarían presuntamente involucrados en actividades ilegales de tráfico de drogas y operaciones criminales, convirtiendo al Estado venezolano en un actor principal del tráfico de estupefacientes hacia Estados Unidos y Europa.
El nuevo invento para atacar Venezuela
Cabe mencionar que, según Fernando Gutiérrez en su libro “El cartel de los soles”, el nuevo intento de atacar a Venezuela se basa en una acusación sin fundamentos sólidos, la cual surge de un artículo publicado en 2015 en el diario español ABC, titulado “El jefe de seguridad del número dos chavista deserta a EE. UU. y lo acusa de narcotráfico”, que desde cualquier punto de vista carece de pruebas creíbles.
Quien dio esta noticia es Emili Blasco, el corresponsal de ABC en Washington, quien se hizo muy famoso a raíz de las informaciones que publicó durante la enfermedad de Hugo Chávez.
Cabe destacar que, en aquel momento, el reportero del diario español se dedicó a ocultar que su fuente era la CIA con eufemismos como: “de acuerdo a fuentes cercanas a la investigación”, sin presentar pruebas contundentes al respecto.
Esta historia ha sido ampliamente difundida en los medios y utilizada por políticos de varios países, especialmente en Washington, para justificar sanciones económicas, intervenciones diplomáticas y, en algunos casos, la amenaza de una intervención militar. Pero detrás de todo esto se encuentra algo mucho más complejo: el uso de la narrativa como una herramienta de desestabilización política.
En su libro, Gutiérrez también detalla que el diario estadounidense “The New York Times” publicó: “EE. UU. centra su amplia investigación sobre cocaína en altos oficiales venezolanos”, nota que a diferencia del artículo de ABC utiliza un tono más sensacionalista y se afirma sin tapujos que la información proviene de la DEA, pero la falta de pruebas sigue estando presente.
Además, como parte del entramado de ataques sin pruebas, surgió la publicación de 116 cables de Wikileaks, los que supuestamente mencionaban a Diosdado Cabello y fueron investigados por el diario El Mundo de España. Sin embargo, de manera paradójica, solo se encontró mención a un cable, el cual tampoco fue validado por la embajada estadounidense, según relata Fernando Gutiérrez en su libro.
2024: un nuevo informe carente de pruebas
Hace unos días, el sitio de noticias Infobae dio a conocer un artículo titulado “Estados Unidos publicó documentos sobre acuerdo de Nicolás Maduro y la guerrilla de las Farc para traficar drogas hacia Norteamérica”, publicado por el Departamento de Estado de los EE. UU.
Infobae hace referencia a las investigaciones de la Fiscalía de Estados Unidos y la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York, destacando que el presidente Nicolás Maduro habría encabezado el “Cartel de los Soles”, una organización delictiva que supuestamente operó durante más de dos décadas en colaboración con las FARC. No obstante, como de costumbre, no se presentaron pruebas contundentes al respecto.
Otro de los puntos torales del que se han valido medios afines a la derecha, es que, el Departamento de Estado de Estados Unidos dio a conocer que en 2010 se registraron al menos 75 vuelos no autorizados que utilizaron la llamada “ruta de la cocaína” entre Venezuela y Honduras.
En este momento, la matriz mediática de la derecha en Honduras pretende incluso relacionar a algunos líderes del Gobierno de la Presidenta Xiomara Castro, y sacan a relucir supuestos vuelos que se dieron en el 2010, sin embargo, olvidan que el expresidente Manuel Zelaya, derrocado por un golpe militar financiado y orquestado desde Washington, ya no estaba en el poder.
Asimismo, la actual Presidenta hondureña, Xiomara Castro, se encontraba -en ese momento- enfrascada en una lucha desigual contra el gobierno nacionalista de Porfirio Lobo, político mencionado por su relación con narcotraficantes en el juicio del expresidente del Partido Nacional, Juan Orlando Hernández, condenado a 45 años de prisión en Estados Unidos por narcotráfico y tráfico de armas.
Según analistas, es imposible demostrar alguna relación entre el actual gobierno y esos supuestos vuelos que carecen de veracidad y pruebas.
Algo que preocupa, según expertos en política exterior, es que estos “informes” se publiquen en momentos clave en países soberanos como Venezuela, justo cuando el presidente Maduro asumió un nuevo mandato como presidente electo, y en Honduras, que se encuentra a las puertas de una nueva elección de sus autoridades.
Preocupa la intención injerencista de EE. UU. de querer utilizar estos datos, claramente dirigidos desde Washington, para desestabilizar los gobiernos y justificar invasiones o golpes de Estado.
Hay algo de lo que no cabe duda, y es que, durante tantos años siguen siendo los mismos actores, los mismos argumentos, la misma trama y la misma misión.
JLU
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