• septiembre 13, 2025

Bolivia: Candidatos de Derecha se preparan para servir a EEUU

Elaborado por: Roberto Chambi Calle (Jurista, teólogo y analista en RRII)

21 ago (AHN) Según el cómputo final nacional en el Estado Plurinacional de Bolivia, Rodrigo Paz obtuvo el 32.7 % de los votos, posicionándose como el ganador de la primera vuelta, mientras que Jorge “Tuto” Quiroga logró el 28.9 %, quedando en segundo lugar, lo cual abre paso a una segunda vuelta electoral prevista para el 19 de octubre de 2025, en la que ambos candidatos de derecha competirán por la presidencia.

La elección de dos candidatos de derecha para disputar la presidencia —Rodrigo Paz y Jorge Quiroga— marca un cambio significativo en el rumbo político e internacional de Bolivia, ya que ambos representan corrientes neoliberales, aunque con matices distintos: Paz, ligado a un legado neoliberal más moderado, como heredero político del expresidente Jaime Paz Zamora, y Quiroga, quien encarna una derecha ultraconservadora e incluso extrema.

La comunidad internacional, especialmente aquellos países con intereses en América Latina, observa con inquietud esta nueva configuración política, pues Jorge Quiroga es conocido por su cercanía y admiración hacia figuras como Javier Milei, Marine Le Pen y Donald Trump. Milei, además, posee vínculos profundos hasta con el régimen israelí, elemento que podría influenciar el alineamiento ideológico y diplomático de Bolivia en el futuro, por otro lado, Rodrigo Paz, también de derecha bajo el celofán de “centro derecha”, representa los intereses neoliberales tradicionales promovidos por Estados Unidos, Europa y organismos financieros internacionales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Este cambio de rumbo implicará, en cualquiera de las dos opciones de victoria, un giro drástico hacia políticas de privatización y apertura económica, que amenazan con afectar las condiciones de vida de las clases populares bolivianas. La proscripción del Movimiento al Socialismo (MAS) y la exclusión de Evo Morales —quien alcanzó un respaldo cercano al 20 % a través del voto nulo— han dejado vacíos políticos que estos dos candidatos de derecha están en condiciones de capitalizar.

Ha sido emblemático durante los últimos años el papel de Evo Morales en la política internacional, no solo por ser el primer presidente indígena del país, sino por haber consolidado la imagen de Bolivia como referente de la lucha por los derechos de los pueblos indígenas y de una política exterior soberana y en solidaridad con causas como la palestina, así por ejemplo Morales rompió relaciones diplomáticas con Israel en 2014, un gesto que fue aplaudido en amplios sectores internacionales y que marcó una línea clara contra el imperialismo y la dominación extranjera en la región.

Con la posible llegada al poder de Paz o Quiroga, este tipo de políticas quedaría proscrita de facto, siendo que la nueva administración boliviana tenderá a alinearse firmemente con Estados Unidos, lo que podría traducirse en un giro significativo en la política exterior, con la reinstalación o ampliación de la presencia y bases militares estadounidenses en territorio boliviano, especialmente en zonas estratégicas como el Chapare, lo cual representaría un retroceso para la Autonomía y Soberanía bolivianas, especialmente en el control de sus recursos naturales y en la defensa de sus derechos indígenas y territoriales.

El contexto regional tampoco es alentador, ya que países vecinos como Ecuador y Perú han visto un incremento en la presencia militar estadounidense, signo de una política de militarización en alianza con Washington que busca frenar el avance de liderazgos populares y progresistas.

Por último, la división interna del MAS y la salida de Evo Morales, sumadas a la represión y exclusión de sus referentes, han facilitado esta victoria parcial de la derecha, evidenciándose con ello la fragmentación de la izquierda boliviana y el desgaste de un proyecto político que, desde 2006, había consolidado a Bolivia como un actor político regional con una agenda soberana y popular.

No cabe duda que el balotaje del próximo 19 de octubre representará no solo una contienda electoral, sino un cruce de caminos históricos para Bolivia.

La victoria de cualquiera de los dos candidatos de derecha significará el inicio de un gobierno neoliberal, la probable desaparición del Estado Plurinacional y el retroceso en la política internacional soberana y antiimperialista construida por primer Presidente Indígena, Evo Morales Ayma y el MAS durante más de una década, a tal fin las consecuencias para las clases populares y para la región podrían ser profundas, configurando un escenario de mayor dependencia y subordinación a intereses extranjeros.

La opinión del autor no necesariamente responde a la línea editorial de la Agencia Hondureña de Noticias.

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