Presidente del Congreso hondureño revela asignación de fondos a diputados liberales
Elaborado por: Daniel Albert Madriz
Caracas, 7 abr (AHN) Hubo un silencio tenso y angustioso en el entorno, cuando el General de la División 42 del cuerpo de paracaidistas de Maracay, tomó un micrófono para informarle a un pueblo lleno de coraje y rebeldía, las últimas noticias sobre el destino del presidente Hugo Rafael Chávez Frías.
Una innumerable población que se mantenía alrededor de la base aérea, desde tempranas horas del 13 de abril, exigía acciones contundentes para rescatar al presidente Chávez, que había sido elegido de acuerdo a la Constitución y de forma legal pero, que para el momento se encontraba secuestrado por oficiales militares vendidos al gobierno estadounidense y al nefasto empresario presidente de Fedecámaras Carmona Estanga.
El alto jefe militar, frente a la multitud arremolinada y agarrada a la cerca de la base aérea, leyó, a través de altavoces, una hoja de papel que minutos antes, le fue entregada y que decía textualmente:
“Turiamo, 13 de abril de 2002, a las 14:45 horas. Al pueblo Venezolano y a quien pueda interesar. Yo, Hugo Chávez Frías, venezolano, presidente de la República Bolivariana de Venezuela, declaro: No he renunciado al poder legítimo que el pueblo venezolano me dio ¡¡ Para siempre!! Hugo Chávez Frías”.

Este breve mensaje estaba escrito en una hoja de papel arrugado, firmado al final con el puño y letra del Comandante nacido en Sabaneta de Barinas, donde se podía ver su grafía inconfundible y refrendada con su característico “rabo de cochino”, como Chávez llamaba a su inconfundible firma.
El escueto mensaje, subversivo e insurgente, fue llevada por el cabo Juan Bautista Rodríguez, soldado fiel que se desplazó como un relámpago desde la Base Naval de Turiamo, hasta la 42 Brigada de Infantería Paracaidista del Ejército venezolano, con asiento en la ciudad de Maracay.
Apenas leído el breve y contundente mensaje del Comandante Chávez, frente al pueblo que estaba agolpado alrededor del la Base de la 42 Brigada, ya estaba recorriendo el Mundo, como pólvora y a la velocidad de la luz por medio de mensaje de texto de celulares, debido que era la única función que poseían en la época dichos móviles.
La espera del rescate del presidente, por un comando de la 42 Brigada de Infantería Paracaidista del Ejército venezolano, que activó la Operación Rescate de la Dignidad Nacional, y que fueron a buscarlo a la Isla de la Ochila, se tornó infinito.
Serían en Caracas, como las 2:50 de la madrugada del domingo 14 de abril del 2002, cuando un helicóptero Súper Puma, se congeló en el espacio sideral por unos segundos, próximo al helipuerto de Miraflores, proyectando sobre el suelo, rayos de luces cual estadio iluminado, donde se posicionaría el aparato militar. Abajo y en los alrededores de la casa de gobierno, se veía un remolino de militares y civiles a la expectativa que el helicóptero, cual águila imponente, se posara sobre el helipuerto, acondicionado para tal fin.
El ruido producido por la rotativa hélice, se mezclaba con el coro en contrapunto de un pueblo que gritaba y gritaba con toda su alma y en perfecta armonía: volvioooó, volvió, volvió, volvió… Chávez, volvió, cántico que era coreado por millares de voces sin cesar. Al fin después de unos minutos eternos el helicóptero que había tocado tierra abrió la puerta y descendió del mismo, vivito y coleando Hugo Rafael Chávez Frías, escoltado y abrazado por los militares más fieles del alzamiento del 4 de febrero de 1992.

Al verlo la multitud que desde las primeras horas de tarde del día anterior sábado13 de febrero, se había tomado las afueras del Palacio de Miraflores, produjeron una ovación interminable, acompañada de aplausos, silbidos, gritos y vítores, que no cesaron durante el largo tiempo que pasó, desde que el Comandante, saliera del Súper Puma, hasta que volvió a aparecer en las cámaras de la televisión, ya sentado frente a una larga mesa en el interior del Palacio de Miraflores.
Toda Caracas se estremeció al ver en vivo y por televisión de nuevo, ocupando el cargo de presidente en funciones, al Comandante Chávez, la emoción era inigualable, muchos de los que allí estaban, lloraban de la emoción, otros se veían eufóricos de la alegría, y la satisfacción de volverlo a ver vivo y sano era general. Las primeras palabras del presidente fueron: “A Dios, lo que es de Dios, al César lo que es del César y al Pueblo lo que es del Pueblo”.
Chávez envuelto en muchos sentimientos que se cruzaban en su pecho, alma y mente según expresó, invitó a la paz y conciliación nacional, demostrando su humanidad y talante de estadista. Agradeció al pueblo y a los soldados que lograron darle un vuelco a la contra revolución y retornar al poder, sin derramamiento de sangre, en una jornada histórica, memorable y sin precedente en el mundo, añadiendo que si antes amaba al pueblo, hoy los amaba muchísimo más.
“Amor con amor se paga” concluyó Chávez , con esa frase que repetiría muchas veces mientras estuvo vivo. El Golpe de Estado del 2002 fue planeado por la CIA, como quedó evidenciado por las propias declaraciones de Charles Shapiro embajador de Estados Unidos en Venezuela durante el Golpe de estado del 2002, e informaciones de inteligencia que fueron obtenido de la oficina de los agregados militares de USA, ubicado en el Fuerte Tiuna, y por declaraciones de los generales golpistas.
Shapiro desde el 10 de diciembre del 2001, comenzó a ejecutar un complot golpista con sectores militares de alta graduación de la FAN, Fedecámaras, La CTV, la alta Gerencia de PDVSA, La Iglesia Católica y los Medios de Comunicación al servicios de los sectores ultra derechistas del país, reproduciendo una copia actualizada del golpe de Estado contra Salvador Allende, usando la mal llamada Sociedad Civil como carne de cañón, para lograr sus fines inconfesables.
Shapiro en el pasado había sido embajador de los EE.UU en Nicaragua en la época de Ronald Reagan y la creación de los paramilitares ex guardias nacionales de Somoza, protegidos por el gobierno de Honduras y mal llamados “ La Contra”, que al fin debilitaron la Revolución Sandinista que terminó perdiendo las elecciones realizadas en plena guerra interna que desangró el país centroamericano durante años, heredero de la luchas de Augusto C. Sandino y que ganaría Violeta de Chamorro.
Cada 13 de abril, el pueblo de Venezuela celebra la unión cívico militar que se consolidó en el 2002, para derrotar el golpe de Estado, planeado y ejecutado por sectores de la burguesía nacional e internacional y auspiciado por el gobierno norteamericano.
Durante los hechos del 11, 12 y 13 del año 2002, quedó evidenciada la conciencia política que sembró Hugo Chávez en los venezolanos, demostrándole de esa manera, a las fuerzas reaccionarias de ayer y de hoy, que todo 11 tiene su 13, y que “nunca más volverán”, como arengaba el pueblo, ese día, al ver de nuevo a su presidente Hugo Rafael Chávez Frías, concluido el audaz rescate que lo trajo de vuelta a Miraflores.
La opinión del autor no necesariamente responde a la línea editorial de la Agencia Hondureña de Noticias.
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