Rixi Moncada honra a Lempira y denuncia nueva colonización en Honduras
Elaborado por: Juan Ramón Guzmán
Acarigua, 20 may (AHN) A escasos días de iniciarse la campaña electoral por la Presidencia de la República allí, en ese pequeño gran país de nuestra Patria Grande latinoamericana, así apuntan las encuestas en esa larga carrera de seis meses, que culminará la noche del 30 de noviembre del presente año.
Desde ya doy por descontado el triunfo de Rixi Moncada Godoy como la nueva Presidenta de Honduras. Eso no está en discusión y es de necios someterlo a debate.
El foco hay que dirigirlo es al segundo lugar. Yo veo allí una encarnizada lucha. El establishment se juega, en y desde ese puesto, su permanencia en la escena política del país. Desde ese lugar, se proyecta una especie de paraguas para salvaguardar los espacios actuales en diputaciones del Congreso Nacional y en alcaldías, que tiene la derecha hondureña. Allí es donde está centrada la pelea real. No es por ganar, es por sobrevivir.
Y aquí un punto a disgregar: no creo que Salvador Nasralla haya desplazado a Nasry Asfura de la posición segunda que él obtuviera en las elecciones primarias del pasado 9 de marzo. Es muy poco tiempo para tal desplazamiento, si lo hubiere, que no creo que lo haya, repito. Es evidente que los medios y las encuestadoras están inflando a Nasralla y, al ponerlo en el centro de los reflectores, en vez de ayudarlo, lo que hacen es hacer visibles sus falencias, ante un pueblo hastiado de peleas. Y están logrando un efecto contraproducente. El 30 de noviembre lo veremos.
Nasralla ha optado por la confrontación y Asfura por el bajo perfil. Mientras, aquel se desgañita y se hunde en sus torpezas insolentes, en el fango vivo de sus incoherencias como ser humano, éste último “nada de muertito” sin que nada lo perturbe, y sin meterse con nadie ni señalar nada. Son dos estrategias las expuestas por la derecha de Honduras. Y a decir verdad, para los fines que se buscan, la estrategia de Nasry es la más acertada y ya se probó en las pasadas primarias.
El Partido Nacional en los números salió muy bien en las primarias, por eso resulta insólito y hasta incomprensible que desde esa organización política, la misma a la que Asfura trata de salvar con su segunda inmolación, exista una línea de boicot a un proceso comicial que les garantiza su legitimidad y su existencia como fuerza. La verdad que esto del PN se cuenta, y parece de locos.
El Partido Liberal, a merced de dos bucaneros recién llegados, sigue su Gólgota —donde no tendrá redención alguna—, encaminándose a su desaparición. Sus resultados en las primarias fueron elocuentes y hacen imposible a esa insólita remonta que sólo los medios y las encuestadoras se creen y le quieren hacer creer al pueblo, poniendo a Salvador Nasralla de segundo.
Y como colofón, ni Rixi ni el Partido LIBRE deben caer en triunfalismos y deben trabajar arduo aun teniendo asegurada la victoria. Sus mujeres y sus hombres en diputaciones y alcaldías deben focalizarse en los territorios y difundir a la obra y a la gestión de gobierno de la mejor Presidenta que han tenido. Allí tienen a su mayor fortaleza para catapultar a Rixi e incrementar nuevos espacios departamentales.
Así pintan las cosas en Honduras. Y no creo que se modifiquen en los meses que vienen.
La opinión del autor no necesariamente responde a la línea editorial de la Agencia Hondureña de Noticias.
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