Elaborado por: Dalila Said
10 oct (AHN) A dos años del inicio de esta nueva etapa de genocidio y limpieza étnica perpetuado por el gobierno de Benjamín Netanyahu a la población Palestina han cruzado todas las líneas rojas de lo moral, lo ético, lo humano. Entre el sufrimiento, lágrimas, terror, angustia, ira e impotencia los pueblos valientes y nobles del mundo se levantan y condenan de una u otra manera este holocausto ejecutado en nuestra Era. Países como Yemen, por ejemplo, que cada día viernes desde octubre de 2023 salen en manifestaciones a favor del pueblo Palestino; pese haber sido bombardeado por Estados Unidos, Reino Unido e Israel constantemente, la gran mayoría de los yemeníes hutíes se han mantenido resilientes y en completa resistencia en contra del Sionismo y su proyecto del “Gran Israel”.
Durante estos escenarios geopolíticos abstractos que no terminan de despejarse o aclararse en el común de los ciudadanos en estos 730 días, lo que sí tienen ellos claro es el genocidio en Gaza, y el hartazgo a la crueldad en contra de los palestinos ya se palpa cada día más con las respuestas humanitarias en el planeta entero. En medio de constantes charlas de cese al fuego a modo de un repetitivo “deja vú” y con la caída de las máscaras de los gobiernos de las Petromonarquías que en todo este tiempo su rol ha sido condenable e inaceptable por la comunidad musulmana, por sus propios ciudadanos, por los Palestinos mismo debido a su poco o mucho accionar con el estado de Israel.
Entre la crueldad que representa la mal llamada Fundación Humanitaria de Gaza que fue creada en febrero del 2025 bajo el respaldo de la administración de Donald Trump y el gobierno de Netanyahu y que se encarga de controlar los tiempos y los puntos de entrega de los alimentos a la población gazatí ha sido cuestionada reiteradas veces por varios organismos y por la propia prensa israelí como el diario Haaretz en una publicación del 27 de junio 2025: “es un campo de exterminio, soldados de las FDI reciben orden de disparar deliberadamente contra habitantes de Gaza desarmados que esperan ayuda humanitaria”.
En medio de un acuerdo de 20 puntos de supuesta paz para Gaza que desde el inicio ha sido redactado como una actualización de los “Acuerdos de Abraham” que Trump promocionaba en su primera administración del 2020 de la mano de su yerno Jared Kushner dedicado al negocio inmobiliario y con quien diseñó los planos de la lujosa “Riviera de Oriente Medio”. Entre manifestaciones de cientos de miles de personas que se han volcado a las calles alrededor del mundo alzando con honor y dignidad la bandera de Palestina, y al mismo tiempo siguiendo muy de cerca el avance de la Global Sumud Flotilla que zarpó a finales de agosto con cientos de activistas de diferentes nacionalidades de más de 40 países con destino final Gaza y que a día de hoy han logrado romper el cerco mediático y exponer a viva voz qué es lo que viven los prisioneros palestinos todos los días de su vida cuando tienen las detenciones administrativas que el propio Centro de Información Israelí para los Derechos Humanos en los territorios ocupados B`Tselem explica y detalla.
Definitivamente, cientos de tripulantes de la flotilla tienen una historia que contar en sus propios países, después de haber sido interceptados en aguas internacionales y pese a ser ciudadanos de países miembros de la tan criticada Organización del Tratado del Atlántico Norte. Si bien uno de estos estados miembros podía emplear el art. 5 de la carta de la OTAN en el que establece “el principio de defensa colectiva cuando hay una agresión a uno de sus aliados.” Sin embargo, claramente esto no sucedió y los tripulantes de nacionalidad europea y turca fueron deportados a sus países de origen sin mayor condena o miramiento por parte de las entidades internacionales hacia Israel.
Y como bien dice el viejo adagio “el mal no da puntadas sin hilo” han sido 24 meses en donde los bombardeos y la injusticia no han cesado, incluso mientras Hamas aceptaba recientemente parte del plan de paz, Israel se mantiene atacando a Gaza. 2 años en los que las cifras de muertos están disparadas, el bloqueo de alimentos, los ataques imparables, la devastación, la inhumanidad, la ingeniería del hambre, los constantes desplazamientos, los daños emocionales y psicológicos. Es un breve panorama que rodea a cada gazatí en estos 730 días a modo de un sueño letargo y terrorífico del cual todos quisiéramos despertar pronto porque la Palestinización de los pueblos del mundo no es ficticia, es real y está integrada ya en la conciencia histórica de este siglo XXI de manera colectiva e individual y la historia del pueblo milenario de la tierra del olivo es y será contada en cada país porque Gaza, Palestina en sí ha encendido la chispa de la esperanza, de la dignidad y de la resiliencia no solo por los más de 77 años de Nakba o catástrofe también por estos dos años de resistencia incansable.
La opinión del autor no necesariamente responde a la línea editorial de la Agencia Hondureña de Noticias.
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