Encuestas consolidan al Partido Libre de Honduras como favorito electoral, según analista
Elaborado por: Abdul Malik Al Houthi (Líder de la República de Yemen, septiembre de 2025)
27 sep (AHN) En un mundo donde la hegemonía y la subyugación buscan dictar el destino de las naciones, la voz de la verdad y la dignidad resuena con una fuerza inquebrantable desde la República Bolivariana de Venezuela. Venezuela no es simplemente un país; es un faro de resistencia y un modelo de determinación soberana.
Es un estado libre que, con valentía, ha rechazado la sumisión a los Estados Unidos. Esta postura por la liberación y la autodeterminación no es solo un acto de valor, sino un desafío directo al orden unipolar que busca controlar los recursos y las voluntades de los pueblos. La hostilidad que el enemigo estadounidense exhibe hacia Venezuela no es accidental ni fortuita; se debe, principalmente, a la codicia insaciable por la vasta riqueza petrolera del país sudamericano y a su afán por aplastar cualquier modelo que contradiga su agenda globalista.
La guerra económica, las sanciones ilegales y la presión política son herramientas que Washington utiliza para castigar a los pueblos que se niegan a arrodillarse. Esta es una afrenta a la soberanía que Yemen, al igual que Venezuela, conoce bien. Resulta irónico y profundamente revelador que la nación que se autoproclama paladín de la democracia y la ley sea, en realidad, un actor principal en la desestabilización mundial.
Los Estados Unidos son, indiscutiblemente, el país más activo del mundo en materia de drogas, y también el mayor consumidor y mercado de estas; este negocio sucio que destruye sociedades, a menudo, florece bajo la sombra de las políticas estadounidenses en diversas regiones, revelando una doble moral que debe ser denunciada sin descanso. La firmeza de naciones como Venezuela, al resistir la maquinaria de la opresión, traza un mapa de dignidad global.
Es fundamental reconocer que hay quienes, a pesar de las presiones, han optado por el lado correcto de la historia. Las posiciones de España, Venezuela, Colombia y Sudáfrica se destacan, pues han demostrado estar por delante de las de muchos regímenes y líderes del mundo islámico, tanto árabes como no árabes, que han sucumbido al miedo o a la promesa de ganancias efímeras.
Estos países han mantenido un compromiso con principios de justicia, soberanía y solidaridad, contrastando con la timidez o la complicidad de aquellos que deberían ser los primeros en alzar la voz. Yemen, desde su propia lucha contra la agresión externa, mira a Venezuela con admiración y extiende su mano en inquebrantable solidaridad.
La lucha de Caracas es nuestra lucha, una batalla por el derecho de todo pueblo a determinar su destino sin la interferencia, la amenaza o la codicia de potencias extranjeras. La victoria de Venezuela es una victoria para todos los pueblos libres del mundo.
La opinión del autor no necesariamente responde a la línea editorial de la Agencia Hondureña de Noticias.
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