• septiembre 13, 2025

BRICS: Una Alternativa Solidaria Frente al Capitalismo Salvaje

Elaborado por: Lois Pérez Leira

14 jul (AHN) En un mundo marcado por décadas de hegemonía unipolar, dominado por las lógicas implacables del capitalismo salvaje y el poder imperialista de Estados Unidos, el surgimiento y consolidación del bloque BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, con nuevas incorporaciones como Irán, Egipto, Etiopía y Argentina –aunque esta última frenada por la coyuntura política interna) representa una alternativa histórica.

No es simplemente una alianza económica: los BRICS encarnan la posibilidad de construir un mundo más equilibrado, solidario y respetuoso de las soberanías nacionales.

Desde su fundación, los BRICS han promovido un enfoque distinto al de las instituciones tradicionales dominadas por Occidente, como el FMI o el Banco Mundial.

La Nueva Ruta de la Seda, impulsada por China, o la creciente cooperación energética y tecnológica con Rusia, muestran que otra forma de relacionarse entre naciones es posible, basada no en la subordinación, sino en el respeto mutuo y el beneficio compartido. Este bloque es un espacio donde convergen gobiernos de distintas ideologías, pero con un objetivo común: la construcción de un nuevo orden internacional, más justo, multipolar y descentralizado.

La Federación Rusa y la República Popular China han sido sin duda los grandes motores de esta iniciativa. En medio de sanciones, bloqueos y campañas de desinformación orquestadas desde Washington, Moscú y Beijing han perseverado en abrir caminos de cooperación Sur-Sur, priorizando la inversión productiva, la transferencia de tecnología, la infraestructura, y la defensa de los intereses soberanos frente al chantaje económico de las potencias occidentales.

La importancia geopolítica de los BRICS se volvió aún más evidente en los últimos años. Frente a un dólar cada vez más utilizado como arma financiera, la idea de transacciones comerciales en monedas locales o en nuevas divisas comunes adquiere una relevancia estratégica. Es un paso hacia la desdolarización del comercio global y un golpe al control que ejerce Estados Unidos sobre las economías del Sur Global a través de su sistema financiero.

El miedo del imperialismo norteamericano no es infundado: el crecimiento y la expansión de los BRICS cuestionan su monopolio sobre los modelos de desarrollo, los valores “universales” que impone, y su rol como policía económico y militar del mundo. La guerra en Ucrania y la presión sobre Taiwán han sido, en parte, respuestas desesperadas de un imperio en declive ante el surgimiento de nuevos polos de poder.

Es imperativo que más países del Sur Global vean en los BRICS una plataforma para la emancipación económica, tecnológica y política. Naciones como Honduras, que atraviesan una nueva etapa de dignidad nacional y voluntad soberana, con gobiernos comprometidos con la justicia social y el desarrollo independiente, deben buscar activamente su integración a este espacio.

No solo como un gesto simbólico, sino como una estrategia concreta para mejorar las condiciones de vida de sus pueblos, fortalecer su autonomía frente al intervencionismo, y participar de un nuevo paradigma internacional.

Los BRICS, en última instancia, no son la panacea, pero sí una herramienta valiosa en la lucha contra el orden injusto que el capitalismo financiero ha impuesto al mundo.

Son un faro de esperanza para quienes soñamos con un planeta donde la cooperación sustituya a la competencia feroz, y donde la dignidad de los pueblos sea respetada

La opinión del autor no necesariamente responde a la línea editorial de la Agencia Hondureña de Noticias.

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